Sólo supe que estaba muerto hasta meses después y quizás no
me hubiera enterado nunca, tengo la mala costumbre de abstraerme del mundo
mientras me desplazo de un lado a otro de la ciudad y ese día no tenía ni idea.
La foto era por demás gráfica y tan sólo pretendían con un
título ocurrente justificar el hecho de mostrar a un hombre atropellado, al
principio pensé que era algo reciente, pero al leer la fecha descubrí que había
ocurrido hace año y medio, casi dos. En ese momento no me asusté, sino que
comprendí todo, entendí porque se refería a todo en pasado y por qué la
nostalgia se apoderaba de su voz, como si hablara desde un lugar donde no
pudiera ver más a sus seres queridos jamás y entonces comprendí el mensaje.
Fue de esos días en que el metro se llena de forma asquerosa,
todos quieren llegar rápido a su casa para poder tener más tiempo antes de
volver otra vez a ese lugar donde no quieren estar. Yo sabía que no tenía
sentido salir corriendo con todos y además las nubes estaban cargadas de agua,
así que esperé a que terminaran de parir.
Lo que pensé que iba a ser una simple llovizna resultó ser
una tormenta, tardó horas en quitarse y mientras estaba solo en lo oficina,
aproveché para hacer algunos pendientes, para cuando terminamos, la lluvia y
yo, ya era muy noche. Todavía me acuerdo que salí sin correr, pensando que iba
a tener que tomar taxi, pero deseando alcanzar el metro. Alcancé el último, sé
que era el último porque se quedó un rato esperando en el andén y además
escuché como cerraban las rejas y comenzaban a apagar algunas luces, mientras
algunas personas caminaban con prisa hacia el tren, y entonces lo vi, un viejo
canoso pero de mirada joven, es difícil de explicar, se veía que era grande,
pero los años no lo habían hecho menos, al contrario.
Se sentó frente a mí y entonces empezamos a platicar, me
dijo que pensó que no alcanzaba y por alguna extraña razón me sentí con la
confianza de platicarle y le expliqué que yo también estaba pensando tomar un
taxi, y ahora que recuerdo, su rostro se frunció cuando dije taxi, no me
sorprende.
Me contó que llegó a los 65 años, quizás cuando murió tenía
65, pero había pasado un año más, pero dejó de contar consciente de que son los
años que vivimos los que contamos, no los que estuvimos presentes, hay algunos
que murieron a los veintitantos, pero llevan más de cien años presentes, pues
los que se quedaron tras de ellos aún los recuerdan y los miran en fotografías
y les suspiran y tratan de estar con ellos al menos un día al año y en la
oscuridad tan sólo una llama les ilumina el rostro mientras ellos, los que se
quedaron, les prenden veladoras y les sirven comida y aquello que en vida
disfrutaron, una cajetilla de cigarros, una botella de tequila o de whisky o de
mezcal, para algunos un porro, para otros un dulce de camote, para otros un
tamal oaxaqueño, para mí una pluma y una hoja para plasmar mis pensamientos,
pues siempre me sorprendo sin tener donde anotar y la gente me juzga y me dice
torpe al no usar mi celular, pero así soy, prefiero tatuar la suave piel de lo
que fue un árbol y que se extiendan las raíces de mi pensamiento en aquello que
puedo tocar y poder guardar y leerlo mientras hurgo en mis bolsillos y recordar
y entonces los engranes comienzan a empujarse y un hecho que parecía simple desemboca
todo un suceso, leer la idea, ir a mi escritorio y sentarme a dibujar o a
seguir escribiendo, a desarrollar una idea que parecía fugaz pero que tenía
toda la intención de hacerme una mejor persona . Eso, una pluma y un papel para
mí, y un libro, esperemos que el mío, junto a mi foto vieja, una donde esté
sonriendo mientras te miro a los ojos, ojos que yo no veo ni veré jamás porque
en ese momento lo que yo miraba era una cámara y a nadie más, esperando a que
alguien me dijera ya, ya quedó guardado este momento para la posteridad, ya
eres recuerdo, ya te puedes mover, ya puedes seguir con tu vida, ya te he
robado un pedazo de alma. Ya. Siempre esperando que alguien nos diga que ya
podemos movernos, que nos diga ya, ya te puedes comer el tamal, ya puedes beber
tu tequila, ya puedes seguir suspendido en la eternidad esperando a que mi
nostalgia te invoque y te invite a entrar en mí, para después ser despedido con
un suspiro, ya puedes comer, ya terminé de rezar y ya puedes seguir siendo todo
mientras yo me aferro a tu recuerdo y mientras yo siga aquí seguirás siendo parte
de este mundo, a menos de que alguien se interese en tu historia y yo la cuente
y esa persona, por respeto a mí, coloque tu foto junto a la mía el próximo año
en otro altar, en otra casa y entonces estaremos juntos viendo cómo se prepara
un altar que es para nosotros y reiremos al ver la seriedad que le ponen al
asunto, mientras nosotros impacientes esperamos a comer, a beber, pues es lo
que nos queda, hasta que nos olviden y podamos volver al todo que es nada y por
tanto es vital y efímero, eterno y absurdo, simple y hermoso y mientras eso
ocurre esperaremos a que alguien nos diga, ya, ya puedes volver a comenzar y
entonces lloraremos pues hemos comenzado a morir otra vez, y los que más nos
duele es tener que volver a empezar de cero, volver a comprender que somos todo
y nada, ahora con otra historia, con otro nombre, con otro rostro y sin embargo
el mismo.
Sesenta y cinco años dijo y sonrío, llegué a los sesenta y
cinco, pero fueron muy buenos. Tuve una hermosa familia y una hija que amo más
que nada en este mundo, eso lo dijo en presente, quizás por ese hecho seguía
entre nosotros. Me dijo que un día salió de casa sin poder decirle que la amaba
y que todo iba a estar bien que él la iba a cuidar.
Si hubiera sabido qué iba a suceder hubiera escrito todo lo
que me dijo y cómo lo dijo, pero siempre me falta papel o pluma, o ambas. Lo siento.
Me contó que tus decisiones eran las mejores, porque eran
tuyas y porque la única persona que puede decidir sobre algo o alguien, es uno
mismo, me dijo que ahora lo comprendía muy bien, pero que se disculpaba por
gritarte ese día y que si ya sabes cómo es, no lo tomes tan en serio.
Me dijo que ibas a tener un hijo y que no querías abortar y que por eso se molestó. También me pidió que escribiera esta carta para que tú la pudieras leer, no me dijo más. Sólo me pidió escribirla, pero la verdad no sé cómo hacértela llegar. Pero fue entonces que me cruce con un periódico, el que seguramente tú ya conoces y si no es así, prefiero no citarlo, para evitarte más penas. Ahí había una foto de sus familiares y se podía ver tu rostro junto el de otras dos señoras, y comprendí lo que tenía que hacer. Te ofrezco una disculpa por no entregarte esta carta en persona y así aclarar cualquier duda que pudieras tener, pero la verdad es que no sabría qué decir. Por ejemplo ahora sólo doy vueltas y no doy datos importantes, espero aclarar las dudas que me imagino puedes tener.
Me dijo que ibas a tener un hijo y que no querías abortar y que por eso se molestó. También me pidió que escribiera esta carta para que tú la pudieras leer, no me dijo más. Sólo me pidió escribirla, pero la verdad no sé cómo hacértela llegar. Pero fue entonces que me cruce con un periódico, el que seguramente tú ya conoces y si no es así, prefiero no citarlo, para evitarte más penas. Ahí había una foto de sus familiares y se podía ver tu rostro junto el de otras dos señoras, y comprendí lo que tenía que hacer. Te ofrezco una disculpa por no entregarte esta carta en persona y así aclarar cualquier duda que pudieras tener, pero la verdad es que no sabría qué decir. Por ejemplo ahora sólo doy vueltas y no doy datos importantes, espero aclarar las dudas que me imagino puedes tener.
Lo vi bien, como ya he descrito se le veía fuerte y sano, la
sonrisa inspiraba confianza y seguridad, durante todo el trayecto que me
acompañó estuvo sonriendo, se le veía contento, quizás porque durante todo el
tiempo estuvo hablando de ti y por eso sonreía.
Durante toda la conversación fue claro, los ama con todo su
ser y espera, mejor dicho, sabe que estarán muy bien, porque siempre has
logrado lo que te propones, ya ves, conseguiste mejor trabajo que todos,
gracias a tu esfuerzo. Desea que seas muy feliz y se disculpa por irse sin
despedirse. Y también quiere que cumplas tus sueños que no los dejes para
después, que no te quedes con ganas de nada.
También me pidió que cuidaras a beto, por lo que entiendo es
un perro, salúdamelo, eso te lo pido yo.
Espero no te moleste, pero además de la foto donde vi tu
rostro había una foto vieja de él, que he recortado y que pondré este año en mi
altar de muertos, será el primero que ponga, me he animado porque ahora cuando
estaba a punto de doblar la carta para ponerla en el sobre, recordé algo que me
dijo y ese algo tenía que ver con los sueños y con lo que uno hace para
cumplirlos y que a veces no nos damos cuenta de que un día podemos quedarnos
sin tiempo para nada, ya no podremos ver el amanecer otra vez, ya no podremos
mojarnos bajo la lluvia como cuando niños y no podremos disfrutar de nada, ni
siquiera del sol que nos quema mientras sudamos con desesperación, o el hecho
de movernos de un punto a otro . Yo siempre quise honrar mis recuerdos con un
altar y este año pondré uno, algunas fotos no las tengo y tendré que
improvisar, pero la verdad es que mi altar será para todos, para todos aquellos
que no tienen nombre en nuestros recuerdos, aquellos que no conocimos y que por
tanto creemos que no existieron, pero que tienen igual o mayor importancia que
aquellos que sí conocimos, les pondré mezcal y coñac, un porro y un cigarro
marlboro y uno sin filtro con papel arroz, un filete miñón y una hoja de lechuga,
e incluso unas croquetas para gato y para perro, será un altar para todos y
para nadie, será para todos los que no están en éste mundo y para nadie que
pueda verlo, conforme el sol comience a iluminarlos lo quitaré y sin decirle a
nadie, invitaré a mis amigos a comer y a beber y les pediré que traigan a sus
mascotas y lo que sobre se lo regalaré a alguien, no tiraré nada. Será una
fiesta para vivos y muertos y por qué no decirlo, me servirá para curar mi alma
y permitir que todos esos recuerdos salgan y convivan y sean uno y podré ser
parte de todos y a la vez nada, un efímero punto minúsculo en el espacio que va
viajando de un lado a otro, esperando a que un hoyo negro lo consuma para
comenzar de nuevo.
Saludos al bebé, espera que haya sido niño, yo le aposté que
era niña. Gracias por darme la oportunidad de conocer a tu padre, es un excelente
ser humano, dondequiera que esté, te ama.
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