lunes, 4 de julio de 2011

In Motion









El diario acontecer, el bullicio de la gente, la indiferencia se materializa en el choque de cuerpos, todo por un lugar, todos buscando llegar a un lugar del cual, ocho horas después, querrán escapar con la misma ferocidad con la que llegaron.

Día a día se repite el ciclo, muchos van, otros cuantos regresan. La rutina que más que movilidad denota un hábito tan arraigado en el mexicano como su sentimiento de víctima, siempre en desacuerdo, siempre sufriendo, pero tan sólo siendo testigos de todos los factores que le hacen sufrir, nadie hace nada por cambiar o por solucionar su situación.

Sólo cuando ocupo un lugar en el transporte público me doy cuenta de la soledad que rodea a cada persona, es una masa indiferente, ensimismada, donde cada uno de los individuos concibe su existencia como la única posible, sin darnos cuenta de la interdependencia que existe entre todos.

Y es cuando me traslado de un punto a otro de esta gran ciudad cuando confirmo el lado oscuro del gen chingón…

Hay ocasiones en que nos referimos a nosotros mismos como auténticos portadores del gen chingón. No necesitamos de instrucciones, nos las ingeniamos para armar todo lo que viene con un instructivo al “ahí se va”, quizá al final sobran piezas, pero funciona, es lo que nos interesa. Nos resulta ridícula la manera en que los extranjeros hacen o proceden ante ciertos estímulos, nos parece hilarante que los japoneses antes de abrir una caja marquen a servicio al cliente, sólo porque así dice la caja. Siempre nos las ingeniamos para solucionar las cosas, y de eso nos ufanamos. Sea para distorsionar un gancho y cambiar su finalidad por la de antena, o nuestra práctica manera de proceder ante problemas técnicos, siempre un par de golpes solucionan más que alguna configuración.

Pero ese desapego a las reglas es lo que nos tiene en tan precaria situación social.

Ese creerse “más cabrón que bonito” es lo que da pie a invadir carriles, circular en sentido contrario, invadir lugares en las filas, comprar mercancía robada y presumirla con la estupidez de que “es de a Roberto”.

Quienes manejan el transporte público son jóvenes que vienen de barrios bravos, donde esto no sólo es una ley, sino un mandato, “el que no tranza no avanza…”; buscan siempre sobresalir, ser el más cabrón del barrio, el más cabrón con las viejas, el más cabrón en todo, lo que sea que eso signifique para ellos.

Una de las tantas cosas por las que hay un caos vial a diario, porque mientras siga existiendo un camionero que “por sus güevos” haga parada y se quede horas esperando a que se llene la “unida”, y una policía mediocre que lo permita, habrá tráfico. No podemos pedir que se les capacite, por que cómo se capacita a un lobo a convivir pacíficamente? Lo lleva tatuado en la psique, desde niños aprenden a chingar, o ser chingados, y no es de sorprenderse que la ciudad esté totalmente jodida.

Hay rasgos de la conducta que son difíciles de erradicar, más no imposibles.

Pero mientras no despertemos, mientras no nos demos cuenta de que todos somos interdependientes, no podremos hablar de sociedad, y por mucho que se diga que la sociedad tiene un papel importante en la vida política, mientras la sociedad no sea una base concreta y solida, tan solo estamos hablando de ciertos grupos de personas que se expresan.

Festejamos las idioteces de la humanidad en tiempo real, celebramos el éxito de un futbolista que ni idea tiene de nuestra existencia, sólo de las regalías, adoramos a personas bellas, les colocamos un altar, las seguimos a distancia y nos parece de lo más interesante ver como tropiezan. Adoptamos roles sociales que ni siquiera entendemos y muchas veces sin darnos cuenta, o lo que es peor de manera consciente.

Deberíamos de dejar a un lado el Ellos, para pensar en NOSOTROS. No sólo mueren de sed los que están en África, se nos acaba el agua a todos, no sólo las autoridades están corrompidas, somos testigos del proceso y eso nos convierte en responsables, no solo es que las sequías acaben con las cosechas, acaban con nuestro alimento, no solo matan a un tipo, están matando a un hermano, a un padre, a un amigo, nos están jodiendo a todos…

El tiempo se va.






In Motion...








Todo se va y desvanece en su diario acontecer.