lunes, 16 de noviembre de 2015

Todo en un instante.

 

En algún lugar se llevaba a cabo un discurso que pretendía ensalzar los valores que tiene la diversidad y la gran bendición que es pensar diferente, mientras que en otro se reprimía a un grupo que pretendía ser escuchado y plantear sus demandas, las cuales no sabremos que tan coherentes eran, pues lograron callarlos y nunca nos enteraremos.

Mientras que en un festival multicultural los globos de Camboya se elevan y pretenden ser el simbolismo de la esperanza, la gente no los mira, sino que los graba con sus celulares, sin detenerse a pensar en lo que están viviendo, pero pensando que filtro le vendrá mejor a ésta foto y la sensación que será en instagram o facebook.

Al momento en que nació un gorila blanco la gente se maravilló con la nueva pepsi cristal, milagro de la naturaleza, es pepsi, pero es transparente, cosas que uno jamás pensó ver se hacen posibles gracias al trabajo y la dedicación de un grupo de científicos que se enfocan en lo que en verdad vale la pena en esta vida aquello que nos entretiene y nos abstiene de la vida real.

Un niño que practicó durante horas y días toca la flauta por primera vez, lo hace horrible pero su padre lo felicitará de todas formas, porque no puso atención y porque se la pasó hablando por teléfono durante el recital, arregló un asunto importantísimo de la oficina, pero es capaz de decir con orgullo “Puedo equilibrar mi vida y darme tiempo para lo que en verdad importa, ver a mi hijo tocar el trombón.”

En ese mismo instante morirán miles de personas, algunas por un ataque al corazón, otras por un ataque terrorista que será condenado y olvidado con demasiada prisa, y en ese instante, justo en ese mismo instante tú vas a sonreír sin saber porque, y en ese instante, yo moriré.

En ese instante moríremos miles de recuerdos, datos inutiles, olores y preguntas que no hicimos, junto con respuestas que sólo nosotros sabíamos, moriremos y quizás causaremos un vacío, por un instante, después la gente seguirá viviendo su vida a través de su celular y de la pantalla de sus computadoras y en ciento cuarenta caracteres darán pésames ingeniosos y emotivos y en facebook expresaran de forma magistral el sentido de la vida, y después de unos cuantos likes la vida seguirá, la canción seguirá repitiéndose en el playlist de un joven que la acaba de descubrir hasta que se canse o hasta que descubra otra canción igual de genial y mientras tanto seguiremos muriendo,y poco a poco los que estamos no estaremos más y entonces estarán los que hoy ni siquiera imaginamos y por tanto no consideramos y para ellos será lo mismo, al no concebir la realidad sin nosotros nos ignoraran, no se darán cuenta de que nosotros también reímos ante los mismos chistes grabados en youtube y que comimos en la misma mesa de ese restaurante en el  centro y quizás cuando se paren a esperar el metro no se imaginarán que nosotros también esperamos ahí, golpeando el suelo con el mismo pie, en el milímetro exacto y sin querer y sin saberlo, seremos uno en el espacio, pero ya no en el tiempo.

 

Y quién sabe, mi mejor amigo vive en el futuro, o vivió en el pasado, no tengo forma de saberlo. Es posible que yo soy aquel que alguien añoró por mucho tiempo durante años pero nací mucho tiempo después y en el segundo exacto en que se producía el orgasmo en que fui concebido, ese ser exhalaba su ultimo aliento y sin saber porqué, se despidió de este mundo sonriendo.

 

El mundo sigue girando y en algún lugar miles de personas corean con emoción orgásmica una canción que él cantante ya está cansado de cantar y en la oscuridad mientras la música golpea sus oídos con furia, una pareja se mira con amor por primera vez y se toman de la mano y comienza para ellos una nueva historia. Y un niño en el colegio se voltea sonrojado al descubrir que él le devolvió la mirada curiosa y mientras la maestra repite lo mismo que el año pasado,  se vuelven a ver sin miedo y descubren que lo que sienten es hermoso, pero los han condicionado a sentir culpa y evitarlo, y ambos irán sufriendo por la vida conquistando chicas deseando besar un hombre.

Se irán conmigo ideas, olores, recetas, chistes, anécdotas y recuerdos que no compartí, y el mundo seguirá girando y aunque me cueste creerlo, no se detendrá ni un segundo. Quizás alguien sienta tristeza, pero como todo, se acostumbrará o lo olvidará y el siguiente año mi foto adornará un altar de muertos y junto a una flor naranja se encontrará una pluma y mis acuarelas que alguien guardo por cariño, o porque se aferra a la idea de que tener algo mío me mantiene vivo. Y en otros lugares del mundo alguien pedirá halloween y algún niño de la calle dormirá con hambre mientras mi platillo favorito se enfría en un altar, y una veladora iluminará mi rostro carcomido por el tiempo y los recuerdos mientras en un rancho la luz del sol los abandona y todos tienen que irse a dormir porque la última vela se usó ayer, y un niño se despertará a media noche y la madre correrá a darle de comer creyendo que esa es la causa, sin saber que fui yo quien desperté a ese niño, mi curiosidad me invitó a verlo y seré yo el que despertó al niño al susurrarle al oído, todo va a estar bien.

 

Cuando muera nos iremos muchas cosas, sin saberlo nadie nunca, talarán un árbol que ya tenía ciento veinte años y será convertido en tablas, que se usarán para armar el pódium donde expertos discutirán la repercusión del ser humano en el medio ambiente y lo importante que es tomar consciencia, y un escarabajo, el último de una especie hasta entonces desconocido, será pisado por un explorador en África, y un perro se sentará a esperar a su amo, sin saber que éste nunca regresará de la guerra, y un niño morirá desangrado por vivir en un país que ha estado en guerra y él sin saberlo, jugó en un campo minado, y alguien de catorce años llorará al perder al amor de su vida, y un anciano en el mismo instante perderá a la compañera de su vida y correrán muchas lágrimas, una lágrima aquí porque una muchacha no podrá salir ese fin de semana, y una lágrima allá porque no le regalarán un cachorro al niño, otra lágrima porque alguien descubrió que santa no existe, allá llora alguien cuando el doctor les explica lo peligroso que es un tumor en el corazón y como un niño, su hijo, no es capaz de soportarlo, pero también se llora al ver un ser vivo nuevo, y la madre siente como el miedo se le va junto con esa lágrima, pues su hijo ha nacido para aclarar todas sus dudas y ahora todo tiene sentido, el señor que llora por primera vez al abrazar a su hijo, lo sujeta con fuerza pues no quiere que nadie lo vea llorar, un chimpancé, en contra de todo pronostico, llorará cuando con lenguaje de señas le expliquen que su amigo bobo ha muerto a manos de un cazador y entonces llorará por la humanidad entera, por los que no pudieron amar cuando debían, por los cobardes que no fueron capaces de pelear por amor y que huyeron y llorará por los abrazos que no se dieron a tiempo y llorará por los perros que murieron atropellados y que nadie se ocupó de enterrar, y llorará por los niños que mueren de hambre y frío y también llorará por la gente que duerme bajo un puente y por aquellos que se aferran a un rosario y rezan para exorcizar sus miedos, y aunque las lágrimas no basten, él llorará por todos, por ti y por mí, pues sabe que dejé cosas pendientes y que no te dije otras, y que algunas que dije no debí y llorará y llorará por bobo y por ti y por mí y por él, por todos y un científico de percepción pobre dirá que no es posible que llore tanto, pero llora porque desarrolló consciencia y porque ahora se hace más preguntas y son las respuestas mas tristes las que le llegan, poco le importa a pocos, pero puedo decirte que tú a mí me importas.

El explorador que sigue buscando la tierra prometida.

 

Antes de salir de ahí se me ocurrió voltear al colchón y entonces la vi, no a ella que fumaba impaciente, sino a ella, la mancha que hizo que mi imaginación volara.

 

Una mancha de semen que se confunde con el sudor cubre  una sábana sucia, manchas que no tienen forma alguna, pero que para alguien con imaginación emulan un viejo y desconocido continente, en la irregular forma se puede ver o acaso proyectar el deseo, de forma fractal imposible de definir pero que todos han sentido al menos una vez, como la belleza, recorre todo el mapa, se concentra en toda ella, la belleza, el deseo y entonces queda expuesto, desnudo y te enfrentas al oleaje de la excitación que a veces es tormenta y a veces tan sólo un quedo vaivén. Y ese oleaje nos lleva tierra adentro donde un cuchillo con forma de lengua se abre paso entre la maleza y explora junto a unas manos que cobran consciencia y autonomía y que pretenden en un instante hacer lo que les tomaría toda una vida y desnudo te adentras en esa tierra extraña, siempre extraña no importa cuantas veces la visites.

Y en esa tierra encontramos el archipiélago del orgasmo, pequeño pero hermoso, por allá el terreno se eleva y es donde se encuentran los montes que hay que explorar, nadie sabe como son, hay que aventurarse y conocerlos, pasar por el monte de venus donde prácticamente hay que gatear para conocerlo mejor y de ahí explorar lo que haya por explorar, conocer lo desconocido, sin miedo y sin prejuicios y  al norte, o al menos al norte del que observa se encuentra flotando por sobre un lago de saliva, un pequeño bote que lleva en sí el sopor, ese que inunda a aquél que es capaz de cruzar este terreno, por la ruta que sea. Algunos solamente cruzan por que tienen que, otros se detienen a admirar cada centímetro como si de eso dependiera su vida. Y algunos, no todos se han dado cuenta de que allá arriba, en donde se forman las nubes hay otras cosas que descubrir, donde un humo espeso forma nubes artificiales que estimulan los sentidos como nada lo ha hecho y como nada lo hará. Hay tanto por explorar en este lugar. Pero tan poca vida.

 

Perdido en este mapa se encuentra el explorador que se ha atrevido a explorar esta tierra, confundido se pone pie y es entonces que descubre ese mapa, mapa que formó o que ayudo a formar, o que quizás formaron con él.

 

Él suda como nunca, emocionado, mientras ella le pide que deje el dinero sobre la mesa y apague la luz al salir.

2014-03-22 05.08.53

 

Al salir noté la luz que iluminaba esa pequeña estatua, si no mal recuerdo la virgen se llama igual que ella, o al revés. Me senté a esperar la combi y sólo entonces me di cuenta de la hora, demasiado temprano para volver a dormir, demasiado tarde para seguir la fiesta. Me senté a esperar mientras encendía un pequeño cigarro, saqué mi celular para tomar una foto que no pude revisar en ese momento, pues la batería se agotó y entonces me di cuenta de que el universo tiene un curioso sentido del humor en un lugar perdido, lejano, se escucha una canción que hace horas me encontraba tarareando, nervioso sin saber que era lo que iba a suceder, mientras ella me tomaba de la mano y me decía con risa burlona: “ven, ‘'¿o tienes miedo?” y yo alcancé a decir sin fuerza, más para mí que como una respuesta para ella, “chingue su madre, ‘amos”.

 

Subí a la combi con prisa pretendiendo que mis miedos no alcanzaran a subir conmigo y se quedaran en ese viejo barrio para perderse y nunca más encontrarme. Abrí la ventana y sentí como el viento pretendía calmarme al acariciar mi frente, mientras a lo lejos aún se alcanzaba a escuchar esa canción que me hizo reír mientras veía y me despedía de una vieja virgen de  nombre que no quiero recordar.

 

Pleasure and pain; Heaven and Hell - my memories
What a long and strange trip this has been for me
What a short and strange life this has been

It has given me much - maybe taken more
but those good times were always worth waiting for
When it's time to take leave of this world
I will leave with bitterness and joy…

lunes, 26 de octubre de 2015

Demonio y Dios comienzan con D o d, es lo mismo.

Entre los delirios de la fiebre se encontró con un demonio azul,  el cual le dijo que podía hacer lo que quisiera, él dudó, se creyó el cuento que dice que un demonio que te susurra al oído no puede ser bueno.  Y entonces lo ignoró, pero el demonio azul insistía y trataba de convencerlo,  "si quieres puedes, si dices no puedo,  aunque en broma,  tu inconsciente lo creerá y no podrás."

No pudo contener su ira,  y utilizando sus manos estranguló al demonio, para su sorpresa encontró misericordia en sus ojos y eso lo frustró, el quería ver odio o cuando menos miedo.

Agitado despertó y evocó su sueño y comprendió y por eso lloró desconsolado, había matado a su dios interior, por creer historias ajenas a él,  terminó con la suya.

viernes, 23 de octubre de 2015

Informe contra mi mismo.

Todo comienza con una pregunta,  ¿cómo te fue?

Mientras te hace la pregunta te señala un cómodo sillón, ese que durante años buscaste pero que no obtuviste, el cuero sintético te recibe con un abrazo y ya una vez que estás cómodo, comienzas tu relato.

-La verdad es que me fue muy bien, mejor de lo que esperaba, aunque quizás quedaron algunas cosas pendientes. Me quedaron pendientes muchas personas por conocer y muchos lugares por visitar,  también algunos amigos que pasados unos años no volví a ver.  También quedaron sueños por completar.

Esa pausa te invita a pensar y reflexionar y por más que buscas no encuentras una respuesta sólida, si quedó algo pendiente es por ti culpa y de nadie más,  todos los reclamos deben estar dirigidos a ti,  a nadie mas.

Comienzas a contar tu vida, lo que recuerdas, no te preocupa el tiempo ni aburrir a aquél que te escucha, pues sabes que en verdad le interesa tu historia.

Cuando llegas a tu juventud te interrumpe con educación infinita, se acerca a un escritorio que no habías notado al llegar, de uno de los cajones toma una pequeña bolsa de papel, comienza a trabajar con calma y al terminar se acerca a ti con la mano extendida, como no se te antoja rechazas su oferta.

La llama ilumina sus ojos al acercarse a su rostro, entonces notas que no tienen color, no como lo hubieras esperado, el color cambia de acuerdo a lo que dice o de acuerdo al ángulo en que lo veas, incluso cambia al momento en que cambia el rumbo de sus pensamientos. La llama arde y transmite su calor al porro, el aroma comienza a invadir la habitación y él,  mientras contiene la respiración,  te pide que continúes.

Las imágenes se suceden una a otra con nitidez,  tu primer amor, tu primer dolor,  las tardes que jugaban a ser mayores,  pretendiendo fumar en la parte de atrás de la secundaria,  todos inventando historias para impresionar a los demás,  mientras tú escuchabas, lleno de burlas por ser virgen,  pero con el honor intacto.
Te sorprenden la cantidad de cosas que viviste y cada una te hace reír o llorar como en el momento en que lo vivías,  haces un cálculo mental y la verdad es que el balance es positivo, fueron más las risas que las lágrimas derramadas.

Entonces sonríes y sonríe el que esta frente a ti, y de esa sonrisa alcanzas a escuchar, "¡No mames! ¡Que buena historia!

Entonces tu Yo interior, tu dios interior te mira con satisfacción y cual espejo,  muestra la sonrisa que sientes ha florecido en tu rostro y comprendes que en la vida sólo tienes que rendirle cuentas a alguien,  a ti.  No a un dios místico e indiferentes o a un dios benevolente, o a un dios egocéntrico que solo quiete escuchar su nombre.  Sólo a ti, a nadie mas y el día del juicio final tendrás que explicarte a ti mismo porque hiciste lo que hiciste y porque dejaste de hacer lo que no hiciste.

viernes, 16 de octubre de 2015

El güero.

Lo único que había era silencio,  ahora el sonido del grifo que vomita agua y en lo que antes era penumbra ahora se ve su rostro cansado, las manos reciben el agua,  sin saberlo, de la misma forma en que el mendigo recibe limosna o el campesino las dilatadas lluvias.

El cuenco que son esas manos catapultan el precioso líquido hacia el rostro, los parpados en torpe defensa se cierran y como única respuesta la lengua se expresa ante la baja temperatura: "¡hijo de su puta madre!".

Faltan unas horas para que el sol se interese en este mundo,  todos los que pueden siguen durmiendo,  es la hora que muchos llaman del diablo, las tres de la mañana y todo sereno, excepto sus pensamientos.

Y si hubiera estudiado,  y si hubiera hecho lo que me aconsejaron de niño. Preguntas que siempre lo asaltan y que siempre se someten ante la dura verdad,  mi padre se murió cuando yo era niño y no hay forma de cambiar eso,  alguien tenía que ayudar a mi mamá con los gastos y hacerse cargo del puesto de tacos, aún cuando ese alguien sólo tuviera ocho años.  Si bien es cierto que él comenzó ayudando a su mamá,  pasados unos meses demostró su capacidad y fue entonces que su mamá lo ayudaba a él, hay que decir que fue él quien más sufrió la muerte del padre, eran muy unidos, tanto que le enseñó a él y sólo a él la llamada receta secreta, en tan sólo unos meses tuvo un retiro espiritual,  aprendió a vaciar la mente y pensar en nada cuando preparaba las salsas, controlando su respiración, cual maestro yogui, deshojaba el cilantro, la cebolla no lo haría llorar jamás, pues él sabía sus secretos y ella,  la cebolla, sabía los de él y entre verdaderos amigos no hay traiciones.

El secreto es amar lo que haces,  si no, para qué chingados lo haces; solía decir el padre y eso se tatuó en su psique, le caló hondo, hasta el tuétano y a pesar de lo poco que dormía,  el amaba lo que hacía. O al menos eso creía y prefería eso por sobre cualquier trabajo de oficina. 

Cuando su mamá murió los hermanos pelearon por lo que nunca ayudaron a construir,  uno creyó tener el derecho a administrar lo que debió ser para todos,  él ni siquiera se defendió, el corazón se había despostillado con la muerte del papá y al morir la mamá término de romperse. Pasados unos años se descubrió trabajando de chofer, pero siempre le dolía la cabeza al terminar el día, él decía que era por el tráfico, sin querer reconocer que odiaba lo que hacía.  La que entonces era su novia le dijo apenada que estaba embarazada y su alma descansó,  por fin tendría el pretexto pata dejar su trabajo, cuidar a su mujer.  Entonces las cosas se acomodarlo solas, un amigo le ofreció un local barato y sin depósito, ahi me vas pagando, le dijo.  El que había sido su cacharpo tenía un tío verdulero y el vecino de éste vendía carne, en menos de una semana lo tenia todo. Faltaban los recuerdos.

Quien subestime el poder de una salsa ha ofendido su paladar toda la vida.  La salsa da cuerpo al taco, al guisado, a la quesadilla, a la vida. Hacer una buena salsa requiere de un talento místico que a falta de mejor término llamamos "sazón" algunos nacen con ese toque divino y algunos otros pasan años estudiando para poder imitarlo,  el no sabia si tenia el toque y le daba miedo haber olvidado las recetas.

Colocó todos los ingredientes con respeto en la mesa de trabajo,  las verduras bien lavadas,  los cuchillos bien afilados, la licuadora nueva y los ánimos renovados. A nadie lo ha confesado y quizá solo se lo diga a su hijo en unos años,  pero ese día le temblaban las manos, el corazón quiso escapar pero pudo contenerlo en la garganta y ahí se le quedó un rato,  hasta que sorprendido hizo lo que durante años hizo con maestría y entonces la taquicardia dio paso al orgasmo y su sonrisa que se asomaba timida entonces,  no le ha abandonado desde entonces.

El agua escurre al pecho mientras él se lava el cabello y la cara, la catapulta que forman las manos lo enjuagan y la mente regresa poco a poco y recupera consciencia del lugar donde está y de lo que hace y sonrien,  sonríe él que ya ha regresado y aquel que lo mira desde el espejo, ese que lee entre líneas. 

La casa sigue tranquila pero un bostezo le recuerda donde está, la pequeña perra de la familia se acerca a verlo preparar las salsas y espera que esa fidelidad le reditue con algún trozo de carne.  Él le sonríe con gratitud y se apresura a terminar.

La gente se refiere a él como el güero, aunque su nombre es Daniel y mientras era chofer persiguió el sueño de ser boxeador, la fama no llegó nunca,  pero aprendió a soportar los golpes de la vida y quizás por esos días tiene la costumbre de empezar el día con la canción de Rocky y se le puede ver entregado a la preparación de lo que será la comida de extraños,  personas que nunca ha visto y que quizás nunca volverá a ver, pero a los que quiere sorprender y consentir.

Ya hace rato que el sol lo golpea en el lomo,  pero el se mantiene estoico, con aires de gran campeón que reta a los dioses,  pues nada puede perder. Algún parroquiano le preguntó a quemarropa, "güero, desde cuando estás vendiendo tacos, ¿ya bien chavo, no? " y fue entonces que Daniel contó de forma resumida su vida y contó que se levanta a las tres de la mañana y entonces le dio nombre a la pequeña perra que estaba sentada frente a mí y sólo entonces supe que se llamaba nube.

Escuché con verdadero interés su historia mientras él prepara los tacos con una sonrisa y me apena decir que pocas veces me había interesado la historia detrás del rostro de aquél que me da de comer, si bien es cierto que es una transacción comercial, eso no le quita la importancia de la relación humana,  el güero me despierta de mi ensimismamiento y entonces puedo pedir otros tres con todo, y ante la pregunta honesta,  "¿qué tal la salsita joven? " no puedo sino corresponderle con una sincera respuesta: "no'mbre, ¡está con madre!".

viernes, 9 de octubre de 2015

Iluminación.

Una pequeña mesa sostiene una imagen enmohecida y una veladora sobre un plato de peltre, la veladora tiene la impresión de una virgen,  la de Guadalupe.  En el plato hay un poco de agua y unas monedas,  de  la veladora emana la única luz que ilumina el cuarto, luz que golpea la ventana entreabierta y las cortinas,  que son simple tela colgando, la luz también choca contra un closet que huele a humedad y que guarda más recuerdos que ropa,  frente a la mesa y por tanto frente a la veladora,  se encuentra ella, se sostiene de un rosario y repite un mantra que le sirve para vaciar la mente, para alejar el dolor,  que son los recuerdos. Las lágrimas corren a caudales, una lágrima por la corta despedida, otra lágrima por el dolor, otra por la decisión, una mas por el martirio de no saber si esa decisión fue la correcta, otra más por las noches en que soñó con él ya grande y por todas las cosas que ya no pudieron hacer,  otra lágrima por el miedo,  miedo por ella y sus hijos que se quedaron.

La tenue luz ya está cansada,  pero no la va a abandonar, se mantiene en pie y con todo su esfuerzo ilumina el cuarto,  el sol ya hace rato que se fue, despacio. 

Un pequeño rostro se asoma al cuarto donde está Mamá pero no cruza esa línea imaginaria, es pequeño pero comprende lo sagrado. Es su hermana quien lo sujeta de los hombros y al sentir el contacto se atreve a preguntar en voz alta lo que hasta ese momento sólo se preguntaba en silencio,  "¿por qué llora Mamá? " y un tercero, que acaba de llegar,  se atreve a decir,  "por que regaló a nuestro hermanito..." La hermana se apresura a corregirlo, diciendo que no lo regaló, lo dio en adopción, afortunadamente el pequeño no preguntó cuál es la diferencia, porque ella no hubiera podido responder. 

Los tres miran a su madre, mientras los otros hermanos juegan en su cuarto, el cuarto en el que todos conviven y coexisten. Cada vez hay menos luz,  e incluso la llama de la fé tiene sus limitaciones, hay cosas que no puede iluminar, y es entonces que llega el padre, la puerta se azota y todos los niños corren a esconderse, la experiencia les ha enseñado a correr y no arriesgarse,  sólo ella se mantiene estoica y de pie resiste la embestida, ya no siquiera llora, la carcasa del cuerpo resiste el alma que ahora es dura para él,  pero de algodón para sus hijos. Él, poseído por Baco le reclama nimiedades y la empuja al no escuchar lo que quiere,  son sus inseguridades y traumas quienes se apoderan de sus puños, ella resiste hasta donde puede,  hasta que él se canse y la deje en paz. Después se duerme y al menos por unas horas habrá calma.

Debajo de la cama el silencio se rompe por la voz del pequeño que expresa lo que todos piensan pero nadie se atrevía a decir, "que suerte tuvo nuestro hermanito".

En sueños me visitó mi madre,  pero no fue mi sueño,  solo quiso hacerme saber que está tranquila con la decisión que tomó y está orgullosa.  Su rostro sigue siendo un misterio para mí, igual que el de mis hermanos. A veces me sorprendo con la mirada fija en alguien, preguntándome si acaso no será mi madre o mi padre,  o algún hermano o familiar, pero entonces recuerdo que todos en esencia venimos de la nada y somos el todo,  no hay diferencia entre tuyo y mío,  es "lo nuestro".

La llama danza y cobra mayor vigor antes de extinguirse y entonces podemos ver mejor la foto,  ella que antes lloraba se muestra sonriente y lo sujeta del brazo,  él muestra una mueca que imita una sonrisa, se les ve muy jóvenes y todos los que se encuentran a su alrededor sonríen y festejan, somos testigos de una boda.

Ella sonríe pero no se muestra segura, se adivina duda en su mirada, pero ya no hay manera de saberlo, la llama se ha apagado y ahora sólo queda oscuridad.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Elección.

Lo que hagamos o dejemos de hacer el día de hoy nos llevará a los logros de mañana,  o quizás nos lo arrebatará.

Choose wisely.

Sonidos de madrugada.

El sol se asoma con curiosidad y su luz que viene desde muy lejos llega con la única intención de acariciarte el rostro.

Poco a poco los ruidos de la ciudad despiertan también, algunos llegarás a identificarlos bien, otros no tanto.

El sonido de la masa que golpea la mesa de trabajo, espolvorear un poco más de harina y de ahí al horno. El sonido del último sorbo de café, el estudiante no pudo terminar de prepararse pero el examen es en tres horas. El sonido de una mina terrestre que estalla junto con las ilusiones de ese niño. El ladrido de un perro que creyó escuchar a alguien. El llanto de un bebé que no ha podido dormir. El golpeteo de un cuchillo que corta las zanahorias y naranjas que pronto serán jugo. El sonido de agua golpeando agua, la orina que sale con furia. El sonido inconfundible del periódico al arrugarse cuando el viejo se acomoda en la banca del parque. El sonido de un bostezo en medio de una habitación oscura. El sonido de un nombre, repetido por la madre, pues hoy es día de escuela. El sonido de una fuente que alguien olvidó apagar en la noche. El sonido de una vieja grabación que anuncia deliciosos tamales oaxaqueños. El sonido del zumbido de un mosquito que no dejó dormir a alguien. El sonido del llanto contenido en la sala de urgencias de un hospital. El sonido de las hojas de una revista que el velador pasa sin siquiera leerlas. El sonido de un orgasmo pagado. El sonido de un camión de basura que pasa. El sonido del aleteo de un ave que se ha perdido. El sonido del tabaco que arde con furia ante la bocanada de la puta que se queja del dolor de pies. El sonido que hace la pluma sobre el papel mientras el escritor vomita su neurosis. El sonido del metro en las vías. El sonido de un par de jóvenes copulando sin gracia y con prisa. El sonido de un pedo al otro lado del mundo. El sonido del árbol que cayó en el bosque sin dar claridad mental a nadie, tan sólo dejando sin casa a un par de ardillas. El sonido que hace tu cuerpo al acomodarse en la almohada. El sonido que provoca la risa del viejo millonario moribundo, pues heredó su fortuna a una asociación civil que cuida perros y no a las hienas que esperan roer sus huesos. El sonido del joven que se masturba pensando en la niña lista del salón. El sonido del llanto de un bebé naciendo, que podrías ser tú, en un universo alterno.

El sonido de tu voz interna, tratando de encontrar coherencia en lo que aquí lee.

El ritmo de su risa.

Lo vi apoyado en su bastón de ciego,  algún señalamiento en el metro me hizo ver que el término correcto es ciego y no invidente, y al verlo me pareció que lloraba,  sus hombros se levantaban al compás de una respiración agitada,  los párpados cerrados con fuerza y la boca entreabierta. Eso fue lo que me hizo creer que lloraba,  pero conforme me acerqué para preguntar si podía ayudarle escuché una risa casi inaudible que después se transformó en carcajada.  Los resortes de los hombros hicieron que el viejo baúl de los recuerdos se agitara en el aire, hacia adelante y hacia atrás,  las gaitas que son sus pulmones expulsaron la melodía que comparten todas las culturas y entonces su ritmo me contagió y sonreí.

Me deje llevar por una idea preconcebida y creí que el ciego sólo puede llorar,  pero ese señor son quererlo y sin saberlo,  me enseñó a ver.

domingo, 4 de octubre de 2015

Sin chile y sin cebolla, que chido.

El sol golpea su rostro y sabe que es momento de despertar,  despacio abre los ojos aturdido,  le cuesta trabajo enfocar imágenes y comprender donde está. El sol lo golpea directo y sin piedad,  cierra los ojos y siente como las lagañas se resisten a abandonar el sueño,  quieren sellar el tragaluz que son los ojos. La pasta que ahora es su saliva se atora en su garganta y le recuerda que necesita agua.  

Como puede se apoya en su costado, y busca en el bulto que sirvió de almohada.  Abre la bolsa de plástico y busca con desesperación de niño que necesita su carrito de carreras, pues otros niños lo esperan para correr,  por fin encuentra lo que busca,  una vieja caja de cigarros marlboro llena de bachas a medio fumar,  escoge una y la enciende con un cerillo. 

Se sienta y espera a que sus pulmones dejen de protestar ante la primera bocanada, vuelve a inhalar con furia. Una lágrima escapa ante la invasión del humo,  aprovecha para secarla y retirar las lagañas,  los ojos le duelen por tantas cosas que ha visto en su vida.  

Sentado en el suelo se rasca la cabeza y extiende la mano como aquel que desea saber si tláloc ya se manifestó,  la mantiene así por un rato y entonces alguien deposita una moneda que no le hacía falta. 
Cinco pesos, que acaricia como un amuleto,  como un presagio de buena suerte.  Espera que sea un buen día.  Desea que sea un buen día.  Por un momento le intriga saber la hora,  pero solo un segundo pues no tiene prisa,  podría comenzar a derrumbarse el mundo y a él poco le importaría, nada tiene que perder,  no está atado a nada. No se aferra a las cosas. 

Alguien dejó una torta a sus pies,  no recuerda si le dio las gracias, ni siquiera se dio cuenta.  Fue un viejo perro el que le hizo saber lo ocurrido y sólo entonces sintió hambre. Si tuviéramos tiempo y paciencia para ver el ritual,  podríamos entender la forma en que Jesús partió el pan y lo dio a sus discípulos,  con amor infinito tomó la torta por la mitad y despacio dejó que las pinzas de los dedos separaran el sagrado alimento, juzgó que el trozo de su mano derecha estaba más grande, así que lo tomó,  retiró la tapa de pan y nuevamente las pinzas de los dedos se ocuparon de extirpar el tumor del picante y el mal  de la cebolla, colocó nuevamente la tapa y la entregó a ese hermoso ser que no juzga y que no pretende,  que es y que se entrega de una forma que pocos siquiera imaginan.  

El perro comió de forma ruidosa y con prisa, provocando una sonrisa en él que apenas iba a morder su porción,  fue la insistencia de la cola lo que lo convenció, partió nuevamente a la mitad,  entregó una parte del botín a su nuevo amigo y mientras comía despacio lo acarició con calma,  muy despacio de la cabeza al lomo y masajeando ese peludo cuerpo que había sido capaz de hacerlo sonreír.
Poco a poco la paz se pierde,  pues nos alejamos de él y lo vemos sentado junto a la salida de un metro,  el ruido de los pasos se convierte en un tumulto que crece cada vez más, los vehículos se estorban y sus conductores se retan,  allá alguien grita por que le han quitado algo que consideraba suyo, sin saber que nada nos pertenece,  ni siquiera las ideas,  baste como prueba éstas líneas que son tan sólo la transcripción de un sueño, algo que llegó a mí y que no me pertenece,  es tan sólo el universo tomando consciencia de si mismo. 

sábado, 3 de octubre de 2015

Sueño recuerdos

Quizás tú también me recuerdas, con la mirada perdida por un momento ocupo tu mente. O quizás tan sólo te ocupa mi olvido, mi yo difuminado.

Tantos rostros que he tenido oportunidad de ver,  algunos por un breve instante,  otros durante días o meses pero sin interés,  solo coincidimos en el tiempo y espacio, y otros que nunca quise dejar de ver.

Recuerdo con pueril amor a mi maestra de kinder, y algo difuminados veo rostros de quienes fueron mis compañeros,  pero no logró recordarlos con claridad.

He visto gente llorar,  reír,  gritar y amenazar, he visto rostros felices y llenos de gozo,  pero también he visto rostros de aquellos que sufren tanto por lo que algunos considerarían nimiedades  como por verdaderas tragedias. 

En mi sueño había mucha gente en un cuarto,  todos con máscaras y o con rostros con manchas oscuras, mi psique no podía ponerle rostro a cada uno y mejor se las ingenió para mostrarlos anónimos, pero a veces veo rostros que me resultan familiares.  A veces veo como si fueran presente rostros que hace años no veía y que creí olvidados. 

A veces no sueño nada, sueño que un pizarrón blanco espera a que alguien le escriba algo, que alguien le de sentido y entrada la mañana me desespero y dibujo un puerco o un árbol o algo y justo cuando van a abrir la puerta del salón despierto.

viernes, 2 de octubre de 2015

Patrón circular.

Viejos y arrugados recordaremos estos días con nostalgia.

Y si resulta que todos aquellos que nos rodean son fruto de nuestra imaginación,  una simple proyección de nuestra psique.  Y entonces debería ocuparnos un poco más o acaso preocuparnos lo que vemos,  pues todo es fruto de nuestro inconsciente.

Ese señor al que juzgamos peligroso y agresivo y esa señora inquisitiva que tanto te irrita o aquél joven pretensioso que no sabe estar solo,  todo es tan sólo una proyección de tu personalidad, un vistazo a lo que eres.

Quizás no soy un ente como tal, sino el universo mismo que proyecta lo que es,  y no hay tal cosa como la realidad, sino una invención que me mantiene entretenido durante los millones de años que dura mi existencia.  O por el contrario, mi vida y existencia forman parte de un colectivo y alguien que cruzó su camino conmigo ayer,  está enumerando mis fallas, sin saber que sólo ve lo que tiene.

No tengo manera de saberlo,  pero estas son las cosas que me entretienen mientras voy camino a mi trabajo o camino a mi casa,  vivo en un patrón circular.

Buenas noches, por fin.

La muerte pasó temprano en la mañana,  despacito.  Los perros ladraron como si fuera la última vez que pudieran hacerlo. Ella se sintió halagada por tanta atención,  y conforme los perros le gritaban "aquí no entras,  aquí no hay nadie que te espere, aquí no eres bienvenida", ella sonreía,  siempre sonríe.

Su negra túnica que es la noche misma,  arrastraba en el asfalto y sus pasos iban al unísono con el tic tac del tiempo.  Algún gato valiente se restregó en su túnica,  pues sabía que él no era el elegido esta noche.  Una falange acarició la frente del ya mencionado, quien cerró los ojos y se entregó al dulce orgasmo que es el cariño. 

Los perros siguen ladrando y ella sigue sonriendo, sabe a donde va y sabe que llegará a tiempo,  algunos la cuestionan en ese aspecto, pero quizás ella es la única que aún mantiene sincronía con el universo. 

Es una noche fría y debajo de un puente la lluvia ha logrado encontrar refugio,  debajo de él, que ya viejo y cansado duerme donde la noche lo encuentra,  hoy le ha costado más tiempo conciliar el sueño,  el dolor en el pecho y la tos lo han mantenido despierto.

Quizás por las lágrimas o quizás por las cataratas pero no pudo distinguir a quien venía a visitarlo,  pensó que sería un policía buscando quitarle el poco dinero que había logrado conseguir juntando latas vacías,  pero no,  era ella.  Nunca había logrado dormir tanto y tan bien,  el dolor en el pecho y la tos ya ni las recuerda y las lágrimas se las dejó a su pequeño y fiel amigo que ya bien entrada la mañana lamió su mano a manera de despertador como si quisiera decirle,  "vamonos ya,  se puede hacer tarde y tenemos que buscar latas y comida para mí".

Esa noche la muerte visitó al pequeño amigo, solo para consolarlo,  porque el tiene aún una línea muy grande por vivir,  todavía le queda pendiente escuchar todo lo que tiene que decir un pequeño niño autista, al que su familia considera  estúpido,  no los juzguen,  son ignorantes pero no malos.

jueves, 1 de octubre de 2015

Mensaje.

Me dijo el cacharpo: "si grito,  es que ya me caí" y entonces me volteo a ver y continuó,  "entonces me agarras,  porfa". Los dos nos sujetabamos al marco de la puerta del microbus, mientras el regetón sonaba de forma estridente y los pasajeros del interior, también amontonados, iban resignados después de un día de trabajo, nosotros dos íbamos más cerca del asfalto y entonces me hizo esa petición. 

Tiene dos niños y afirma amarlos con toda su alma, por ellos daría la vida y se moriría si algo llegará a pasarles, eso dijo y con esas palabras, lo recuerdo bien,  pero recuerdo mejor el silencio que siguió a esas palabras y pude verlo con la mirada perdida en el asfalto mientras seguíamos avanzando despacio,  seguramente se preguntó qué sería de ellos si le pasara algo a él,  seguramente también sufrirían pero y después qué, quien trabajaría por y para ellos.  No dijo más,  quizás se dio cuenta de lo importante que uno puede llegar a ser para otros.

Antes de esa reflexión y de ese silencio,  también dijo que ese no era su jale,  "yo soy policía" e inmediatamente después aclaró "pero yo no robo", así estamos, la palabra policía ya lleva implícita la connotación negativa de extorsión,  corrupción y mentira.  Me dijo que prefiere aprovechar y ganarse unos pesos a estar en casa viendo la novela.

Cuando bajé se despidió con un apretón de manos y la verdad es que me cayó bien y es por eso que hoy que salí de casa y al ver un par de policías no pude evitar pensar si alguno de ellos no era él, para así saludarlo, pero la verdad es que no recuerdo su rostro, no me dio nombre y no tengo más datos, quizás nunca lo volveré a ver o quizás se cruzó en mi camino por una razón, para darme un mensaje o quizás yo no era el destinatario sino tú que lees y entonces mi función de mensajero ya está cumplida.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Ideas ajenas.

Tenía una idea que consideré genial,  pero con tantas prisas la dejé en casa, ahora voy camino al trabajo divagando.

Un grupo de autómatas que viajan del punto A al punto B sin ganas y con prisa me acompaña. Se empujan y gruñen al subir y bajar del vagón, miran al frente pero observan su interior,  se preguntan porqué diablos sus planes no se cumplen, y en cambio el idiota de contabilidad tiene tanta suerte,  o porqué ascendieron a doña Mary, que además de vieja no sabe hacer nada, sólo porque le cae bien al jefe... En eso y muchas otras cosas ocupan el pensamiento, la gran mayoría se queja y no piensa en qué pueden hacer para mejorar,  qué hacer para conseguir lo que llaman sueños. 

Otros leen y dejan que la mente sea llevada a un lugar lejano y no escuchan el aviso que indica que a la brevedad se reiniciará la marcha del tren,  pero otros si lo escuchan y se impacientan y golpean sus muslos con dedos impotentes,  otros exhalan su furia con un "puta madre, carajo" y creen que fue por eso que las puertas se cierran y comenzamos a movernos otra vez,  pero la verdad es que poco hicieron para lograr algo,  son aquellos que sólo se quejan y poco aportan. 

La gente poco a poco necesita a ocupar el espacio ajeno,  los empujones pretenden organizar al colectivo, ganar espacio donde no hay,  entrar donde evidentemente se sobra,  pero todos llevan prisa y poco les importa.

Me pregunto si entre tanto empujón no me habrán entrado ideas ajenas y aquel que escribió éste texto fue el señor que con curiosidad leía por sobre mi hombro,  creyó ser discreto,  pero la verdad es que resultó obvio que me observaba,  o al menos mi dedo y su paseo por la pantalla de mi celular, o quizás no me observaba,  sino que estaba dictándome qué escribir.

sábado, 26 de septiembre de 2015

No se porqué, pero me acordé de esos días...

Caminaba a casa porque no tenía dinero para irme en combi y mientras tanto recorría las  calles buscando alguna moneda, llegaba a casa con hambre y cuando tenía suerte había un pan duro, o la que entonces era mi vecina me ofrecía de comer, creo que nunca le di las gracias.
Fueron días duros y a pesar de que no sufrí lo que sufren muchas familias a diario, me bastó para ser capaz de darme cuenta de lo afortunado que soy al poder irme a la cama sin hambre y sin frío.

He vivido tantas cosas y estoy seguro de que no voy ni a la mitad,  faltan muchas cosas y las espero con una sonrisa,  incluso si una vez más tengo que caminar a media noche con hambre y deseando encontrar una moneda en el suelo para comprar al menos comida chatarra, pero comida al fin.

"Para poder elevarse como un águila,  el maestro debe ser capaz de descender tan bajo como un piojo", ya bajé, pero creo que arriba y abajo son ilusiones,  todos somos uno,  si a alguien no le va bien,  a todos nos está yendo mal. Espero que la indiferencia no me evite ayudar a quien lo necesite.

Nieves de coco y limón.

No sé su nombre, si acaso es casado, viudo o soltero. Con insistencia nos ofreció una nieve y por un instante nuestra línea de vida se cruzó.

Me presunto qué será de él,  si cumplió sus sueños y si consiguió lo que deseó con fé al comer uvas al son de unas campanadas.  Deseo que sí,  pero no creo poder saberlo.  Y así me ha sucedido con tanta gente en mi vida,  de algunos sé si nombre, a otros ni siquiera los mire a los ojos. 

Quizás hoy gritó,  no sabemos a quien o porque.  Quizás ya no vive,  quizás se le rompió el corazón.

Tantas personas que existen y uno no se detiene a pensar qué es de ellos y cual es su historia.
Seguro que me cruce en el camino de varios,  me pregunto si alguien alguna vez se detuvo a pensar que he hecho, si así fuera le digo, he tenido una muy buena vida.

Soy feliz.

Soy olvido.

Poco a poco todo se va quedando atrás, momentos que viví y disfruté al máximo,  rostros que vi a diario y que incluso disfrute de su compañía, personas que por un momento coexistieron conmigo y que hoy son olvido. 



De verdad, gracias.

Gracias a todos los que dejaron de hacer algo en su día y se tomaron el tiempo para escribir “muchas felicidades”, es algo que damos por sentado en estos días, y que incluso es un acto autómata en algunos casos, pero yo creo firmemente que habla bien de la persona que se toma el tiempo para escribirte o llamarte y desearte un buen cumpleaños. Siempre lo he creído y siempre lo creeré, estamos en un tiempo en el que hacer favores se considera debilidad e incluso una estupidez. Es cuestión de perspectiva, yo lo considero algo vital para que este decadente mundo pueda convertirse en lo que todos queremos, pero que pocos hacemos algo por lograr.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Treinta y tres años después...

¿Acaso hay un plan maestro, o todo ocurre por azar, o quizás somos el capricho de algo, del universo o esa energía absoluta que minimizamos con el nombre de dios? 


Treinta y tres años después.

La historia tiene dos versiones, la versión real y la versión que podría se aspira para un público infantil, considérese un cuento de los hermanos Grimm y la versión anglosajona de Walt Disney y quizás nos falta una tercera consideración, la real.

Mi versión de WD dice que nací en el hospital satélite, pero la versión oficial, la real, es que fue en una cruz roja, hijo de una madre que jamás conocí, pero que me amó lo suficiente como para entregarme a una mejor vida, o quizás no fue amor, sino consciencia de su cruda realidad.

Hace treinta y tres años me recibieron con un golpe, lloré por que alguien así lo quiso y a pesar de que seguramente sufrí, no lo recuerdo, sólo especulo, quizás nací con una enorme sonrisa, cómo si supiera a qué venía a este mundo y por eso mi madre biológica dijo, no lo quiero, eso no es normal...

Me pregunto si alguien ya tenía preparado lo qué vivo día a día con sorpresa y no importa qué haga, el resultado será el mismo, o si acaso cada paso que doy me acerca a un destino y por tanto me aleja de las otras posibilidades...

jueves, 10 de septiembre de 2015

Sin nombre, ella, no el post.

 

Lleva horas preparando la comida que, dentro de poco, muchas personas le comprarán sin siquiera verla a los ojos, la consideran algo inherente a la ciudad, como una banqueta o un poste, nadie sabe quién las puso ahí, pero creen que están para su servicio.

Cansada arquea la espalda, le truenan las preocupaciones, esas que se muere por compartir y desea con todo su ser que alguien le pregunte, al menos una vez, “doña Mary cómo está” y entonces ella podría sacarlo todo, sólo poder librarse de la carga que significa ser fuerte por alguien más, pero siempre se contiene, sabe que nadie quiere saber lo que una vieja tiene que decir, poco les importa, les preocupa más cuando no lleva tamales oaxaqueños, o cuando se acaban los de verde antes de que ellos lleguen y entonces se van enojados, una mentada de madre que no disimulan es el único adiós.

Es tarde, se masajea las manos con el delantal, porque no se limpió nada, tan sólo se dio fuerza a sí misma y entonces le viene este pensamiento:

 

“ya no puedo estar perdiendo el tiempo, ya es bien tarde….”

 

Así son algunas personas, tan importantes para el diario acontecer, sólo que no lo saben, quizás porque nadie se ha tomado el tiempo para decírselos.

Un viaje.

 

Mi mirada se perdió en el pequeño frasco amarillo que vi junto a las vías, fue entonces que me perdí.

 

Me pareció que era un contenedor de pintura, de esa que utilizan las mujeres para mostrarse y a veces para ocultarse. Entonces pude imaginar a una mujer cualquiera, vestida con traje sastre, o quizás con el uniforme de una de tantas empresas que no piensa en sus empleados más allá del aspecto administrativo, y mientras tanto ella se encuentra de pie, esperando, incluso es posible que haya estado esperando en el mismo lugar que yo, es muy temprano, el sol ni siquiera se asoma, el cabello aun mojado gotea con pereza, mientras ella vuelve a mirar la garganta que es ese túnel, espera que escupa su lengua naranja, donde miles de personas son devoradas y llevadas por las entrañas de la ciudad. El pie golpea con furia y desesperación el lomo del suelo, sabe que se le hace tarde y no quiere perder el bono de puntualidad con que amenazan a tantos empleados, ella lo necesita y entonces su mente divaga un momento y sin quererlo en ese momento somos iguales, dos personas que viajan del punto A al punto B y en el inter se pierden en sí mismos, las ideas toman control de la consciencia y se la llevan a pasear a recónditos lugares, y exploran cosas tan absurdas e imposibles, como diálogos ficticios que no tuvimos o que no terminaron como queríamos y ahora repasamos paso a paso y ahora sí decimos lo que debíamos y sólo entonces, cuando la mente se encuentra lejos, es que entonces se acerca despacito el metro, poco le importa la prisa que puedan tener aquellos que con ansías lo esperan, y con pereza y torpeza infinita se detiene, las puertas tardan en abrir y la gente que siempre piensa sólo en sí, se empuja y empuja a los demás, mientras ellos tengan lugar qué importa el colectivo… La estación se va quedando atrás y entonces la oscuridad rodea el vagón y recupero consciencia y me quedo pensando qué era ese pequeño frasco amarillo.

 

Y mientras tanto ella se queda esperando a que llegue el metro, cosa que nunca ocurrirá, por la única razón que fue mi psique quien la creó y por tanto se quedará esperando por toda la eternidad, ahí sola esperando con el cabello goteando despacito, por siempre.

viernes, 21 de agosto de 2015

For my demons.

 

A  algunos se les antoja beber o fumar, a mí me da por escribir.

 

La música sonaba con precisión matemática, el bajo llevaba la batuta, pero sólo él podía entender cómo esos certeros punteos podían servir de estructura para el todo, y mientras pensaba en eso la cabeza le daba vueltas, el humo se entretenía en el laberinto de los alveolos, las líneas de las manos se derretían ante tanto sudor, la cantimplora de la vejiga se acomodó para disfrutar el viaje sin contratiempos y los oídos se regocijaban ante la melodía ya descrita.

 

Cuando el humo encontró la salida a él se le ocurrió pensar que “el humo escapa de mi cuerpo con furia, dichoso él, yo estoy condenado a l exilio dentro de mi piel…” Pensó que sería buena idea anotarlo, pero le pareció que alguien ya lo había dicho, seguramente sí, como todo.

El ataque de tos lo hizo reír y la risa lo hizo toser.

Recostarse despacio, como si de eso dependiera su vida, la cama lo espera con paciencia infinita cómo si cada milímetro hubiera sido confeccionado para recibirlo en ese momento, él se entrego a los placeres de expandir su consciencia con humito, y ese humo, el que quedó y no pudo escapar, sirvió para echar andar la maquinaría que supone entrar en contacto con la realidad.

Comenzó con los oídos.

Firme ante la idea de que la mejor manera para potencializar un sentido hay que, en lo posible, limitar los otros, evitar que estorben. La luz había sido apagada previamente y la lámpara del buró había sido cubierta con su playera, permitiendo que en caso de ser absolutamente necesario, la luz al ser encendida no arruinara la ambientación. El sol también entendió de que se trataba y comenzó a alejarse poco a poco, mientras las notas musicales iban apoderándose de el ambiente y poco a poco de su cerebro.

Los primeros acordes masajearon su cerebro con maestría de puta europea carísima o como bugs bunny al masajear el cráneo de Elmer y por esa imagen la risa amenazó con llegar antes de tiempo, pero con habilidad de maestro yogui la expulsó con el poder de su respiración, sin saber que tan sólo la había alejado por un momento, pues la risa se quedó flotando en la habitación, con el humo y los redobles de batería.

Los ojos se vencieron ante la reverencia de los parpados y se perdieron en la oscuridad, y fue su mente la que se dedicó a crear imágenes maravillosas y de los cajones perdidos de la memoria, recreó una vez más esa fantasía de puberto.

Así en la oscuridad se imaginó poderoso, de pie, sus manos acariciaban el brazo de una guitarra Gibson Les Paul negra con detalles en blanco y mientras el sonido ambiental inundaba su habitación, en su mente una audiencia lo aclamaba, un haz de luz se enredaba en su cabello para después descender majestuoso sobre sus hombros y la guitarra y sus piernas. Ajustó la perilla del volumen y se aseguró de que el pedal de distorsión estuviera en el efecto correcto, y en la realidad y en su mente la guitarra sonó poderosa, le golpeó como sólo una mula nocturna podría hacerlo, y entonces se le ocurrió que la palabra nightmare tenía poco punch…

Su cuerpo se convirtió en un puente por el que los acordes viajaban hacia la eternidad, prometió que al morir se convertiría en energía que vibraría a esa misma frecuencia y así, viajaría hasta el fin del universo y de regreso para sólo golpear la cabeza de alguien que enamorado, diera su primer beso, o mejor, golpear a dos personas al momento de alcanzar el orgasmo y así ellos se convertirían en melodía también.
Incluso podría ser posible que en su viaje se encontrara con él mismo, en un universo donde no le dio miedo decir no, donde se atrevió a decir adiós cuando no quería estar, un universo donde había tenido los huevos para decir lo que quería, donde se atrevió a defender sus ideas y donde podía vivir de la poesía sin preocuparse de que iba a comer mañana, sin preocuparse por agradarle a su suegra, donde pudo gritar con todas sus fuerzas “¡no me estén chingando!”, un universo donde se atrevió a ser y no a parecer. Le daría gusto toparse consigo mismo y verse con orgullo.
Pero entonces ocurrió lo inevitable, ya que al dejar salir a la imaginación, permitió que le mostrara todo, no sólo lo que él quería, y entonces se vio viajando como onda y encontrándose a un yo todavía más sumiso, incluso más vergonzoso que su realidad, un yo siempre agachado que nunca fue capaz de decir lo que pensaba y que vivía sólo para buscar la aprobación de los demás, en un trabajo que odiaba, pero que le dijeron que tenía que hacer, casado porque su novia le convenció de que era lo lógico, con dos gatos cuando lo que quería tener era un perro, al menos uno, y en un universo donde al irse a su casa y dejar a sus amigos, ellos hablaban mal de él y lo juzgaban como un perdedor y siempre se preguntaban porque eran sus amigos y la respuesta era siempre la misma, porque tiene dinero y siempre paga…

La mente estuvo tentada a irse al lado oscuro, ahí donde la psique oculta lo que nos duele, ahí donde se encuentra aquello que no podemos enfrentar debido a que nuestra pobre fuerza psicológica no es suficiente y entonces jugamos con la fantasía y así podemos llevar una realidad mas linda.
Sin abrir los ojos respiró despacio y se dio cuenta de que la canción también había terminado, respiró con calma y espero que la próxima canción lo dejara mejor parado.

¿Cuantas son las posibilidades de que pudiera alcanzarla a ella, la canción perfecta?

La realidad es caprichosa y a veces obedece a nuestras peticiones, eso o un yo alterno, en forma de canción llegó desde lejos y transformó su realidad, el caso es que cuando comenzó a sonar Estranged, ''Tonight's happy song, kinda like a walk in the park...” él no estaba preparado para enfrentar una embestida de la nostalgia, “sun coming through your window in the morning and... it's a beautiful day...” Buscó las trincheras de la indiferencia pero no estaban cerca “and you've got nothing better to do than commit harakiri, so...”  La angustia lo tomó del cuello como a un pobre diablo, “oh so your into that, alright? This is called... Estranged'', y a pesar de que sí era un pobre diablo, había vivido cada día buscando ser el mejor pobre diablo, ser él.  No pudo esconderse, los recuerdos lo golpearon como una ola y en la realidad se pudo ver como su cara se contraía. Los recuerdos siguieron golpeando con fuerza y como aquel que lleva días aferrándose a la vida sin esperanza en un pequeño bote, se dio cuenta de que no podía huir más y se entregó al dulce orgasmo de la derrota y permitió que la tormenta de las nostalgia lo llevara lejos, atrás en el tiempo y con una mueca que intentaba imitar una sonrisa se colocó frente a sus demonios, ya comienza a sonar el requinto de la introducción, y les dijo, “aquí estoy”. No podía huir más, no quería huir más, y se decidió a rendir declaración ante el juez mas férreo e implacable que hay, él mismo, nosotros mismos…

Se vio las manos y vio como las líneas dibujaban mapas y en ese mapa pudo ver la ciudad donde creció de niño, donde alguna vez se prometió en silencio y sin testigos, que él sería grande muy grande, e incluso hoy veía a ese dentro del espejo con vergüenza, pues le había fallado. La peor forma de aceptar la derrota es diciendo “no sé”, esa respuesta ante la pregunta “qué pasó”, y la pregunta se entiende, se refiere, o busca saber qué truncó nuestros sueños, cual es la razón por la que no seamos astronautas, o cómo diablos explicas que no estés viviendo de tu pasión, y entonces la respuesta que puede destrozar a más de uno, “no sé”, y en verdad no sabía, quizás dejó de creer en sus sueños, o quizás nunca fueron sueños que valieran la pena, o quizás escuchó cuando alguien le dijo “no podrás” y no cuando alguien le dijo “pues échale muchas ganas m’hijo”…

Quizás si le hubieran explicado que el tiempo no espera y que sólo se vive un día a la vez, sólo quizás hubiera puesto más atención a sus sueños.

So what'll happen to you baby Guess we'll have to wait and see

Tantos eran los demonios que lo miraban fijamente, ahí está la niña del kínder que le gustaba y a la que siempre quiso regalarle un chocolate, allá escondido, el jarrón que rompió en casa de su tía y que nunca fue lo suficientemente hombre para decir, he sido yo, allá la primera mentira que no le creyeron, la mirada de su madre que con decepción le pide que se vaya a su cuarto, allá el primer golpe que le dio a su hermana con intención de lastimarla, y esa fue una estocada que no pudo soportar, le dolió el pecho y el dolor subió hasta la garganta y ahí se quedó. Para rendir cuentas el tiempo sobra, y él lo sabía, así que regresó la canción pues ya había terminado, la repitió y se dedicó a disfrutar su miseria. Aquella vez que tomó algo que no le pertenecía y que notó que la gente lo miraba con recelo, supo que algo había cambiado dentro de él, pero no entendía qué, sin tiempo para pensar mucho, ahora ve a una maestra de quinto o sexto de primaria, no recuerda, pero la puede ver claramente y la escucha mientras le dice que si no deja de jugar y perder el tiempo, no va a ser nadie en la vida y que mejor se vaya preparando para sufrir, en su momento rió como el niño que todavía era, pero esas palabras todavía hoy lo perseguían cuando tropezaba. De ahí se fue a la secundaria y vio como la chica que le gustaba se reía de él a sus espaldas mientras él trataba con todo su ser de agradarle, y se sintió estúpido, pero no tan estúpido como en el momento en que le dijeron adiós y no hizo nada, se quedó con cara de idiota jugando a la victima y viendo como aquella que amó se iba de su vida, quizás para siempre.  Confundió el golpeteo de su corazón con el bombo de la batería,  y entre todos los demonios se asomaron los rostros de sus amigos, y recordó con nostalgia la primera vez que bebieron jugando a ser intelectuales y así mientras barajeaban las cartas de las ideas, iban adormeciendo la lengua con vino barato y entonces río, y sintió como la risa, esa que había estado flotando, lo golpeó en el abdomen, y no pudo dejar de reír, la caballería había llegado, los sabuesos de la hilaridad llegaron a tiempo para espantar a los demonios de la memoria, y uno de ellos, de los sabuesos, se puso a jugar con él y recordó aquellas idioteces que hizo en la secundaria, rostros que vio durante años y que ahora ni siquiera podía recordar, pero pudo ver la mancha que era un compañero narigón que siempre contaba chistes malos y recordó que el chiste era el amigo y lo gracioso era contener la risa, pero como en esos días en que jugaba a ser maduro, no pudo más y la risa fluyó como un río e inundó su cuarto.

When I find out all the reasons
Maybe I'll find another way
Find another day
With all the changing seasons of my life
Maybe I'll get it right next time

El viento golpeando su rostro mientras corría y el corazón bombeando adrenalina, los gritos ahogados que explotan sólo hasta que se llega a la esquina, y entonces asomarse a ver si alguien respondió el llamado, algo tan simple como tocar un timbre era toda una aventura y se prometió vivir así la vida, con emoción. Se prometió sacar la mano y jugar con el aire siempre que fuera en un automóvil, se prometió tomarse un poco menos en serio, se prometió cantar más y gritar menos, se prometió amar con locura y sonreír a los extraños, se prometió  acariciar a los perros que se encontrara en su camino, se prometió aprender a meditar, se prometió divertirse sin destruirse, se prometió ser feliz, se prometió, en resumidas cuentas, ser él.


An now that you've been broken down
Got your head out of the clouds
You're back down on the ground
And you don't talk so loud
An you don't walk so proud
Any more, and what for…

En sus manos las líneas se habían borrado por el tiempo, o al menos eso quiso pensar, antes que aceptar abiertamente que los temblores y la vista cansada no le permitían ver un carajo de cerca, pero de lejos era otra la historia, así que metió una nueva moneda, sólo después de preguntar si alguien iba a usar la rockola, ante el mutis del ambiente escogió la canción 6 del disco H y a pesar del peso de los años llegó a su mesa antes de que comenzara la canción y volvió a hojear la libreta que tenía frente a él, acariciaba sus páginas como quien masajea el lomo de un gato, con cariño infinito y quizás por eso no notó en seguida a la joven pareja que lo veía desde un lado de la mesa, el les sonrío y sólo entonces ellos se atrevieron a preguntar, “disculpe señor, pero notamos que ha repetido esa canción varias veces ya, queríamos preguntarle, ¿cómo se llama y porqué le gusta tanto?.”

Es que esa canción me recuerda cuando era joven, y me recuerda a mis amigos y las tonterías que hacíamos…

Quizás por la sonrisa, o quizás por la poesía que emanaba de las palabras del viejo se atrevieron a decir que sí ante la oferta de escucharlo. No le dio pena contar su vida, pues ya estaba más allá de bien y mal, de lejos y cerca, sin saberlo y sin haberlo buscado había encontrado la iluminación, y sólo tuvo que hacer una cosa, cumplir la promesa que se había hecho años atrás…

 

La tarde ya era noche y los jóvenes por verdadero interés antes que educación le preguntaron su nombre, él les dijo, “pueden decirme José, o pepe, o Jesús, o chucho, o pepe chuy, como quieran, ya a esta edad lo que menos me importa es el nombre…” Terminadas las despedidas el viejo dijo con apuro, como si hubiera recordado algo de vital importancia y les dijo a los jóvenes:

Estranged, la canción se llama Estranged, es de una banda ya vieja, pero muy buena…

viernes, 14 de agosto de 2015

Dance.

Los muertos bailan todas las noches, los cuerpos enfermos son cosa del pasado, los dolores no existen más, los apegos no tienen sentido y todo es felicidad.

sábado, 1 de agosto de 2015

I was offered death as a prize for my great deeds.




Aquél al que llamaban mi rey me vendió a una reina, así que decidí regalarle el único tesoro que poseía mi familia, el saber forjar metal.

Aquél que llamaban mi rey murió ante la espada que yo mismo forjé, él sin saberlo, me dio la oportunidad de matarle.