sábado, 26 de septiembre de 2015

Nieves de coco y limón.

No sé su nombre, si acaso es casado, viudo o soltero. Con insistencia nos ofreció una nieve y por un instante nuestra línea de vida se cruzó.

Me presunto qué será de él,  si cumplió sus sueños y si consiguió lo que deseó con fé al comer uvas al son de unas campanadas.  Deseo que sí,  pero no creo poder saberlo.  Y así me ha sucedido con tanta gente en mi vida,  de algunos sé si nombre, a otros ni siquiera los mire a los ojos. 

Quizás hoy gritó,  no sabemos a quien o porque.  Quizás ya no vive,  quizás se le rompió el corazón.

Tantas personas que existen y uno no se detiene a pensar qué es de ellos y cual es su historia.
Seguro que me cruce en el camino de varios,  me pregunto si alguien alguna vez se detuvo a pensar que he hecho, si así fuera le digo, he tenido una muy buena vida.

Soy feliz.

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