viernes, 24 de febrero de 2017

De regreso a casa.

Uno ensaya en el contrabajo, una lee un libro en su iPhone, otro busca palabras en un crucigrama,  unos platican de lo duro del día,  otros platican la película recién vista,  otros comentan la desgracia familiar,  uno cuenta sus sueños y desea sean realizados, unos bostezan sin ganas de seguir, uno escribe en su celular,  uno trata de memorizar algunas fórmulas,  uno trata de ocultar sus ojos rojos y su boca pastoza, uno abraza su mochila y piensa en lo que será, uno manda al carajo lo que fue, uno me mira curioso, uno vende piratería con la esperanza de hacerse rico, uno mira a los lados desconfiado,  uno extraña,  otro odia, uno es, otro pretende,  todos en un mismo espacio, sin comprender que todo son uno. 

Todos son el mismo y único. Tan independiente y tan ajeno.

lunes, 20 de febrero de 2017

February 20, 2017 at 06:24AM 19.4697468

falta poco para que salga el sol algunos ya llevan rato despiertos otros no volverán a despertar es curioso como la rutina puede más que la empatía es curioso que la indiferencia sea tan grande

domingo, 19 de febrero de 2017

Enjoy your worries

Uno mira con atención el contenido del refrigerador, sin siquiera tener hambre, mientras el otro mira con atención el fondo del bote de basura, tratando de encontrar algo para comer.

Recuerdos.

Si no me crees, pregúntale a mi sombra, ella estuvo ahí.
Llovió un mar sobre la ciudad y terminó espantando a los comerciantes que por primera vez, se fueron a dormir temprano y cuando la lluvia se cansó de mojar la ciudad, ellos ya no le vieron sentido a salir otra vez y por primera vez el silencio se pudo apreciar desde la medianoche de un viernes de quincena.

La lluvia hacía rato que había terminado y sin embargo una gotera se mantuvo toda la noche, el charco vibraba un segundo, recuperaba la calma y un segundo después otra gota golpeaba su lomo.

El sol tardaría mucho en asomarse y sin embargo él ya llevaba rato tarareando esa vieja melodía que era recuerdo, constancia de otros tiempos. El agua comenzó a hervir en la estufa mientras él se ponía los anteojos.

Asomó la nariz por la ventana y sintió una brisa fría que había salido temprano a pasearse por el barrio, la basura que generalmente acompañaba la madrugada de los sábados no estaba y comprendió que la lluvia había ahuyentado la peste que eran sus congéneres y le dio gusto que los comerciantes no hubieran hecho el acostumbrado ruido, pero al cabo de un momento se sintió mal, pues quién era él para juzgar a los demás, siendo que él mismo había pagado una condena en prisión por haber hecho mal.

Todos pueden cometer errores, la cuestión está en que a algunos los errores se los cobran. Algunos errores tienen más peso que otros, algunos errores quedan con un lo siento, algunos errores te cuestan veinte años de tu vida.

Es curioso como la memoria decide quedarse con aquello que más nos duele y lo tiene a la mano para que en cualquier momento, en cualquier pretexto, te lo arroje a la cara y te recuerde que la haz cagado. Algunas palabras se dicen a la ligera, en momentos de enojo se puede amenazar a alguien de muerte o simplemente se le desea como castigo, pero hay ocasiones en que la muerte es accidental, es algo tan simple que resulta inverosímil. Él había discutido con su casero, una serie de insultos y ante el acorralamiento un empujón, quién iba imaginarse que el tipo iba a romperse el cuello tan fácil, y así nomas, una vida le costó veinte años que iban a ser cuarenta, pero gracias a su buena conducta, llámese buena conducta a su docilidad y sumisión, le redujeron la condena.

Le regresaron en una bolsa un pantalón, una camisa, el libro que había traído para leer durante todo ese tiempo, unos tenis y un encendedor. Cuándo pregunto por el dinero que traía , se rieron de él y un policía mal encarado le amenazó, que se largará sin hacer pleito, o lo volvían a encerrar.

Poco sabía del mundo cuando entró, qué podía esperar al salir. Consiguió trabajo en una obra sacando escombro y cuando todos se iban a descansar, él se escondía y dormía en los cimientos. Poco a poco se pudo comprar otros pantalones, dejó de pedir cigarros y compraba los suyos, pudo rentar un cuarto, pudo comprar una pequeña estufa y meses después el tanque de gas para hacerla funcionar. De cartón pasó a colchoneta para dormir, ahora tenía seis pares de calcetines y se le inflaba el pecho de orgullo al verlos todos sin ningún agujero, todo un record.

La ciudad comenzó a despertar poco a poco y supo que pronto ese momento de comunión daría paso al bullicio, todos comenzarían a salir corriendo de sus casas, con prisa por llegar a otros lugares, escuelas, trabajos, oficinas de gobierno, hospitales, algún tianguis, o lo que sea que hicieran en sábado para sobrevivir.

Le dio risa como la gente se queja de su realidad, siempre, sin saber que siempre habrá alguien más jodido. Siempre.

El vaho que exhalaba el café desde su taza le empañó los anteojos y justificó una lágrima que se asomó a ver calle mojada. 

sábado, 18 de febrero de 2017

Día de feria.



Solíamos girar en un carrusel, un caballo de plástico nos permitió ser felices en una feria de barrio, girabamos detrás de un elefante y delante de un camello, siempre al ritmo de una pianola, la gente desesperada por pasar, mientras los padres esperaban con mirada tediosa que pretendía ser alegre al mirarnos, la gente cuidando sus carteras, de los ladrones y del gasto excesivo.

Algodones de azúcar y olor a carne quemada, recuerdos del pasado, recuerdos que huelen a mantequilla y saben a palomitas.

Los gritos se elevan al cielo y ahí se confunden con las risas. Algunos suspiran después de tanto reír. Un niño llora y pide que las tazas no giren más, pero es en vano. 
Los carritos chocan y sorprenden a más de uno, algún dedo machucado o alguna frente que golpea un tubo o alguien que se muerde la lengua, pero en general todo es diversión, diversión delimitada por cuántos minutos puedes pagar.

Algunos se entretienen lanzando canicas, buscando sumar puntos y obtener algún regalo, otros confían en su puntería y lanzan dardos, otros "pescan" figuras de plástico que asemejan peces, mientras sus acompañantes disfrutan un algodón de azúcar. 

El día comienza a teñirse de azúl y el naranja con rojo se difumina en el horizonte, quizás espantado por la música que vomitan esas bocinas luminosas. Las nubes escoltan al sol en su camino a la eternidad, o acaso se retiran, pues no soportan interponerse entre los enamorados y la luna.

A lo lejos pasan unos niños que le preguntan a su padre si pueden pasar un rato a los juegos, pero el les responde molesto que no, molesto por no tener dinero, molesto por no poder escuchar a sus hijos reír 

universos paralelos

Se dio cuenta quizás demasiado tarde.

El primer indicio fue el dolor de cabeza, aún después de haber dormido más de ocho horas.
El segundo fue el mal humor y el tedio que le acompañaba al despertar, y cómo no iba a ser, si acababa de abandonar una realidad que era perfecta.

La gente no le creía y fue por eso que dejó de explicarle a la gente lo que sucedía en sueños, o gracias a los sueños.

Sólo en un viejo diario detalló que al soñar nuestra consciencia abandona ese cuerpo que usamos durante el día para abandonarlo y viajar a un universo paralelo, donde se encontrará otra vez nuestro cuerpo, pero en una realidad distinta y entonces tenía sentido que al abandonar el cuerpo del yo exitoso y millonario, se despertara de malas al saberse humilde y mediocre.

Al principio le sorprendió que algunas realidades no cambiaban mucho, pero después se encontró en situaciones increíbles, se encontró siendo actor porno, artista de televisión, escritor de novelas de terror, guionísta de un programa para niños, travesti, actor de doblaje, escritor, contador de chistes, pirata cibernético, modelo de ropa interior, doctor especialista en diabetes, técnico de iluminación en un programa de cultura, sicario, asesino a sueldo, falsificador de billetes, dueño de una tienda de pelucas, artísta gráfico, jala cables de una banda de ska, peón en un campo de arroz, estilista canino, músico de cámara y a veces tan sólo él.

Algunas ocasiones su realidad era la misma, pero él era el que cambiaba, en ocasiones podía decir que no sin chistar, en otras tenía que agradar a los demás a costa de su autoestima y era capaz de dejarse pisotear en un trabajo seguro, con tal de tener seguridad financiera, mientras que otras veces no tenía para comer pero se sentía feliz, a veces cantaba en medio de un temblor de 8.9 grados, otras veces se orinaba en los pantalones cuando la mujer que le gustaba le devolvía la mirada, a veces entrenaba perros de ataque, domaba osos y era capaz de calmar leones con sólo levantar la voz, otras no podía tomar una decisión por sí mismo, a veces tenía el valor para mandar todo al carajo sin tener la seguridad de que mañana iba a tener dónde dormir, mientras que otras veces agradecía las patadas en el trasero que le daba la vida a cambio de un sueldo fijo.

Cuando descubrió que podía pasar más de un día en una misma realidad se sintió extasiado, siempre se decidía por aquellas donde era rico y poderoso o tenía todo lo que algún día había soñado, pero pronto se dio cuenta de que él lo que más quería era aprender y entonces agradeció cada vez que tenía una existencia humilde, pues era cuando aprendía más, con hambre se disfruta más la comida, es el mejor sazonador, con frío se aprecia más el calor del sol y en medio de la soledad, se aprende a disfrutar a las amistades que de otra forma podrían empalagarnos.

Él creía que la gente estaba loco al no darse cuenta de qué era lo que sucedía, pero entonces comprendió que la realidad del día es la única que la persona concibe, se sabe rico el día que es rico y el día que sea pobre, se sabrá pobre, pues la gente sólo vive en su realidad del día a día.

También comprendió que algunos compartían su secreto y que ellos habían decidido vivir una vida tan sólo, desconectándose de todas las demás realidades.


Quizás podamos coincidir en el próximo sueño, o realidad, llámalo como quieras.




viernes, 17 de febrero de 2017

anforismo





el borracho se cree filósofo, y hace preguntas en voz alta, sólo para encontrar el ensordecedor silencio y los gritos de los demonios del pasado, que le gritan desde el fondo de una anforita. 


miércoles, 15 de febrero de 2017



una mota de polvo que adquiere consciencia de si mismo

o

el universo mismo que adquiere consciencia de si mismo





de ti depende.

domingo, 12 de febrero de 2017

No podía olvidarla por una simple y sencilla razón: no quería olvidarla. Estaba seguro de que era ella quien le enviaba esos correos que ofrecían incrementar esa parte masculina que (casi) nadie ve, pero alrededor de la que gira la vida de todo hombre. Era ella la que enviaba la promesa de un crédito sin acaso revisar el buró de crédito. Se podía distinguir su letra en esos pixeles que prometían aliviar todos sus dolores. Su gramática accidentada se notaba en aquél correo que pretendía imitar el acento de un príncipe ugandés. La falta de acentos tan sólo evidenciaba su prisa por decirle te extraño.

Era claro que ella no lo podía superar y por eso lo acosaba con correos electrónicos, cada día más ocurrentes, cada día más obvios, cada día más desesperados.

Él leía con calma los desesperados e ingeniosos intentos de decirle, “te extraño”, varias veces resistió el deseo de responderle.

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No fue capaz de borrar sus correos, en momentos de debilidad acaricia con nostalgia esa carpeta que lleva por nombre "ella".

viernes, 10 de febrero de 2017

Veneno.


Algunos desean morir con todas sus fuerzas pero son cobardes y por tanto utilizan venenos que no tienen la fuerza necesaria para terminar con sus días, a falta de un punto final, llenan sus días con comas, con pequeñas pausas, un café, un cigarro, alguna droga fuerte, un whisky doble en mitad de la noche de un lunes, siempre habiendo una justificación; un día muy pesado, una existencia muy pesada, un minuto de duda, una galaxia que colapsa con otra , una mirada indiferente que nos traspasa, siendo que deseamos que esa mirada nos llene, nos complemente, nos quite ese vacío que somos y que por tanto jamás podrá llenar nadie, más que uno. Pero cerramos los ojos ante la realidad y por tanto cerramos los ojos al beber nuestro veneno, al inhalar una bocanada que nos robará un suspiro. Quizás el último.

Algunos venenos se usan de forma consciente y se utilizan para potencializar el dolor, para disfrutar la angustia, para tener un orgasmo sádico, para poder mirar al infortunio a los ojos y de forma retadora decirle: “¿es todo lo que tienes para mí?”

El sol muere poco a poco y a nosotros poco nos interesa, caminamos sobre millones de muertos, por sobre sus ideas que nadie escuchó con seriedad, por sobre los millones de suspiros dedicados a otros muertos y nuestra indiferencia nos permite decir que nuestros problemas son los mayores, los importantes, los que han de detener al mundo.

Un veneno que mate la angustia de tantas decisiones no tomadas, de tantos no que no se dijeron a tiempo, de tanto que se pudo hacer y que ahora tan sólo carcome la memoria, obligándonos a recordar lo que deseamos olvidar y difuminando los rostros que no podemos ver más. 


Algunos ríen mientras disfrutan su dosis para llorar en silencio mientras su vida se les va de la mano. El deseo de hacer permanente lo efímero, trascendente lo banal, darle magnánima proporción a esa mota de polvo que adquirió consciencia y que regurgita ideas ajenas para adornar su ego.

lunes, 6 de febrero de 2017

me falta la lluvia...



estos ultimos díashe sido capaz de escribir muchísimos borradores, un record personal. lo triste es que ninguno pasé de ser incipiente semilla.


el árbol de lagrandeza que ha de dar sombra a mi apellido se encuentra lejos, muylejos.  

sábado, 4 de febrero de 2017

Sueños



Se imaginaron el uno al otro en sueños, ahora se buscan como ciegos.

En medio de la nada se respiraba el fuego del desierto, el sol iluminaba todo, curioso. Las nubes hacía meses que no se asomaban por aquí, pareciera que no volverían jamás.

La soledad sentía como el viento le acariciaba el rostro, despacito.

Él jamás podría haber imaginado que era un sueño. Era una realidad, un momento condenado a ser olvido, pero realidad al fin de cuentas.

Ella lo encontró buscando comida, y los dos se vieron como dos desconocidos, sin saber que les quedaba la eternidad para derrumbar esas barreras mentales que nos separan. Y así, utilizaron las cenizas de sus miedos para cimentar un castillo, donde ella sería le reina y él, el dragón que la protegería de todo y de todos.

Ahora en sueños ella se acurruca mientras él acaricia su cabello y un día que no termina nunca, los mira amarse por siempre.

Los soñé en una ocasión, hace años, y me pregunté hoy qué sería de ellos .

En medio de la nada de mi imaginación se aman por siempre y se platican las historias mas hermosas cada día, él inventa tesoros que ella guarda para siempre

A veces me da pena ser mortal y no por mí, no por ego, sino por ellos que han de morir conmigo, o acaso su amor perfecto, ha trascendido la mundana mente que los concibió y tienen ya su propia realidad, un universo paralelo que es único y propio de ellos.

Eso, sería mi consuelo.