Por tomarme demasiado en serio, estuve a punto de caerme.
Justo iba compitiendo hombro a hombro con otros, para poder apresurarme y llegar a esperar el metro al andén, cuando al subir unas escaleras tropecé.
Iba atento a mi ensimismamiento, creyéndole a esa voz que me decía que yo tenía más prisa que nadie, y por tanto, merecía ir delante de ellos.
Mis ideas se sacudieron en el momento en que mi pie, que en ese momento flotaba, impactó el borde del escalón y mis manos entraron de golpe en contacto con la realidad.
No soy especial, soy parte de un todo y sólo logrando que el todo avance, lograré avanzar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario