domingo, 30 de abril de 2017

Inspiración.

A veces me quedo esperando a la inspiración, como aquella amante que decide no volver y de la que aún no hemos saciado nuestro apetito.
Miro por la ventana, escucho atento el silencio y pretendo descurbirla detrás de aquellas sombras que estáticas se mantienen al fondo de la habitación, y entonces me pongo a escribir al azar, acomodo letras una tras otra sin verdadera visión, tan sólo balbuceo ideas, regurgito conceptos al beber café, pretendo plasmar recuerdos ajenos de forma mas o menos bella, busco impresionar ojos ciegos, miradas ausentes, pretendo saciar mi ego.

Y mientras tanto la sigo esperando, con un café que humeante me susurra su nombre y yo me entretengo, juego con fantasmas del pasado.


Quizás mañana se decida a venir, esperemos que mis manos aún obedezcan a este cuerpo decadente.

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