viernes, 22 de abril de 2011

Somos como estrellas, no dejaremos huella en el firmamento.

Como cuando Caín mató a Abel, no sólo mata a Abel en ese momento sino que mata a los posibles descendientes del hermano, y la hipotética descendencia de esa descendencia, así cada cosa que uno hace o deja de hacer, afecta exponencialmente a la humanidad, quizás sin darnos cuenta, quizá mínimamente. Pero afectamos a la humanidad entera. El aleteo de una mariposa se siente al otro lado del mundo, viejo y sabio dicho chino, de donde surge el nombre de “el efecto mariposa”.

El que alguien se siente a leer estas líneas lo privara de hacer otras cosas, de convivir con alguien más, de leer otras cosas. Pasar tiempo con una persona supone quitarle valiosos segundos, segundos que pueden hacer la diferencia, el que esté con nosotros y no haya seguido su camino puede ser causa de que no conozca esa bella mujer que iba a cruzarse en su camino, o por el contrario evitar que al seguir su camino lo hayan asaltado.

Las cosas suceden sin que nos demos cuenta, hay miles de posibilidades cada segundo y sin embargo elegimos una, de qué nos perdemos, jamás lo sabremos, de qué nos hemos salvado, tampoco lo podremos saber. Sólo nos queda disfrutar cada instante.

Somos como estrellas, no dejaremos huella en el firmamento. Solo tenemos este instante. Este instante y nada más.

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