lunes, 17 de junio de 2013

Un viaje.

Sacas la mano mientras viajas por la ciudad, tal cómo lo hacías cuando eras niño, imaginas que ya no es tu mano y se convierte en un delfín que sortea esa agua invisible, esa que golpea tu rostro, pero no moja.
Por un momento disfrutas el viaje que cada día produce tedio, las miradas se posan en tu mano, la siguen un momento, después se posan en tu sonrisa y terminan su viaje en tu mirada, para después volar espantadas como las aves del parque al sentir la cercanía de un extraño. Algunas te envidian, otras simplemente no entienden, han olvidado como sonreír.

Un niño te imita y ríe contigo, su madre está a punto de decirle algo, pero jamás sabrás qué, has llegado a tu destino, has de continuar tu rutina, afortunadamente no has olvidado cómo sonreír...

1 comentario:

Julio D. González dijo...

Casi puedo ver esa cara que pusiste mientras jugabas con el aire, tu faceta jovial estba muy desestimada pero es algo muy bueno de ti, de todos.