jueves, 9 de febrero de 2012

Madrugada de jueves y la mente no está serena...


Amanece un jueves más, sin quererlo ni buscarlos me vinieron a visitar fantasmas del pasado, esos que te susurran al oído que la cagaste, que tus decisiones no han sido las mejores, que le diste la espalda a los amigos de México, que no luchaste lo necesario por eso que amabas, que sí había manera de seguir estudiando, que podrías estar mejor.

Mientras tú vas poco a poco recuperando la conciencia yo escribo estas líneas, líneas que quizás jamás leerás, o si tu curiosidad es la mínima y quieres saber algo de mí, algo mío en estos últimos días, tengas la iniciativa de leer este blog, que la verdad estoy pensando hacerlo privado, sólo leerlo yo, escribirlo para mí y yo ser el único testigo de esta catarsis/ejercicio de letras/ práctica de mi pasión.

No sé, a veces se me ocurre, pero otras veces ahí ando compartiendo la liga de los posts que creo tienen futuro, pero me viene a la mente, ¿futuro para qué? O mejor dicho, son los demonios los que hablan. Yo tengo decidido escribir por lo menos un libro de cuentos, terminar el proyecto que tengo ahí empolvado, el del koala Tingo, escribir unos cuentos de terror, pero terror bueno, casi casi que sea terrror en lugar del clásico terror. Tengo la intención de hacer un libro para niños, ilustrado por mí... Ideas tengo varias, pero hay ocasiones en que las situaciones no favorecen y uno termina convenciéndose de la mierda que nos tira el mundo. Mis deseos los tengo y una mala noche no me va a hacer a un lado lo que llevo tantos años planeando.

Quizás el día de mañana entregue uno de los libros escritos por mí en fotocopias afuera de una escuela o con las amistades, y los demonios me dirán al oído, "la has vuelto a cagar..."

¿Y yo?, yo los dejaré hablando solos, me iré con una sonrisa en la cara, repartiendo pedacitos de mi alma transcritos en una tinta negra que se corre por hojas de papel reciclado....

Si mañana te llega un montón de hojas con letras impresas y en la portada mi nombre, es porque a pesar de todo, yo no te he olvidado.

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