martes, 1 de mayo de 2012

Divagación.


Se sentó frente a la vieja computadora, la encendió y mientras esperaba a que saliera el logo de Windows XP en la pantalla, encendió un cigarro, abrió la lata de chocolates que usaba de cenicero, espero a que el reloj de arena mutara en una pequeña flecha, abrió aquel archivo que supo ser decodificado por la máquina para hacer que de las bocinas sonaran acordes de guitarra, primero, una batería y un bajo después, y rematar con una voz que cantaba en inglés.  Y así mientras jugaba con la ceniza del cenicero y con el cigarro encendido movía las colillas que ahí estaban, dijo sin pensarlo mucho.
-Creo que hay imágenes que nos marcan, cosas que vemos y hacen que la imaginación vuele, como hoy por ejemplo, vi un escapulario tirado en el suelo y no pude evitar pensar de quién sería, se veía rasgado, eso sí, pero no me dio la impresión de que llevara mucho tiempo ahí tirado, uno sabe decir esas cosas, o al menos se da una idea. No estaba todo sucio, lo que me hizo pensar que no lo habían pisado demasiadas llantas, o pasos…  Fíjate que no pude evitar pensar en alguien que iba corriendo  y quizás lo atropellaron,  de esas veces que el carro viene demasiado rápido y no sólo no alcanza a frenar, sino que además de golpear al tipo lo manda volando por los aires y cae metros adelante, sin saber que le pasó y como ya sabes que la fuerza y la lógica hacen cosas impensables, no me sorprendería que los tenis hubieran salido volando, y que el escapulario se hubiera roto, o  que también hubiera salido volando… No lo sé, eso me imaginé. Quizás ni accidente hubo, a alguien se le cayó mientras cruzaba distraídamente y no hay más, sin accidente, sin sangre y sin tanto dramatismo, o quien sabe alguien se lo quitó para evitar recordar a la persona que se lo dio en primer lugar, un mal de amores, ya sabes, la mujer casada que se entera de que su esposo la engaña, siempre suelen desquitarse con las cosas…
En eso estaba pensando…

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