jueves, 19 de julio de 2007

Encuentre las diferencias



No es necesario decir que ambas imagenes corresponden al autor de esta pretensioso blog. Lo que si es necesario decir es que aunque la misma persona, no soy lo mismo en esencia en ninguna de las dos imagenes, a saber:

La imagen de la de la izquierda corresponde a un ser alegre, entusiasmado ante la vida y ante las situaciones tan cotidianas, por que tiene la capacidad de apreciar lo maravilloso que es el mundo. Es capaz de entretenerse horas ante las situaciones que ocurren día a día, sin que eso les reste grandeza, mirar las estrellas supone imaginar que es lo que hay mas allá, si es que alguien nos observa, si acaso somos puntos perdidos la mano de un gigante.
Aquel de la derecha no tiene tiempo siquiera para imaginar, sólo para actuar. No se toma el tiempo de jugar, le parece ridículo imaginar, lo intenta pero no es algo natural, es algo forzado y eso se nota. No quiere perder la inocencia, quiere divertirse, pero ante los niños es un extraño, alguien que pretende infiltrarse, y ante los adultos podrá parecer un inmaduro, alguien al que le falta madurar. Alguien que debe de dejar de hacer estupideces.

La sonrisa nos deja ver un ser entusiasmado, feliz, dispuesto a lo que venga, que puede ser tan grave? Qué acaso He-Man tiembla ante los problemas? Acaso Alf sufría de estress? Realmente se pueden tener problemas? Un besito cura-todo siempre sana los peores golpes, en la historia de la humanidad no se ha registrado caso alguno que hable de alguien que no haya sonreído ante una copa llena de helado, si es de chocolate el resultado mejora notablemente, y no se puede definir con palabras si esa copa es dada por alguien que queremos, o mejor, por aquel que nos hizo daño. Una sonrisa tan sincera no habla más que de una cosa, la vida nunca podrá ser tan terrible. Siempre que haya un árbol tendremos sombra para descansar, una lata puede hacer las veces de balón, nave espacial, casa de hormigas e infinidad de juguetes, siempre y cuando las manos que la porten sean hábiles. Siempre que se tengan cinco minutos disponibles habrá tiempo para reír con los amigos, las cosas feas que nos hayan hecho ayer, en el ayer quedaron.

Aquel que evade nuestra mirada no sonríe, cree que los problemas son mayores que los buenos momentos. Y tal vez no este equivocado, pero si se mantiene con esa idea, y le da mas peso a esos momentos amargo, menos dulzura tendrán esos momentos con los amigos, esas pláticas que pretenden ser intelectuales y que no aportan nada, y sin embargo son las mejores que ha tenido.
No sonríe, sólo él sabe en que esta pensando, mirándolo fijamente y haciendo recuento de su vida, tal vez podamos darnos cuenta de que es lo que le turba la mirada, pero eso, en este momento, no nos interesa. Sólo haremos un comentario forzado, solamente diremos que por más memoria que haga, no logro evocar un momento en que haya podido disfrutar una noche viendo las estrellas que vieron al mismo niño que fue, haciéndose las mismas preguntas, buscando saber si aquel gigante jamás se lava las manos, o acaso ha muerto y por eso hemos quedado a nuestra propia suerte.

La diferencia mas notable es la mirada. Una ansiosa por aprender, sabe que hay tantas cosas por ver, tantas hormigas que seguir, tantas mariposas que cazar, tantas estrellas que contar, tantos arboles que nos pueden ocultar si es que jugamos a las escondidillas, o acaso tristes queremos ocultarnos del mundo. Esa mirada curiosa inquieta con que en algún momento vi al mundo, una mirada que refleja inocencia, capaz de dejar entrar un perro hambriento a casa para alimentarlo como a un amigo más, desconociendo lo difícil que sería después poder sacarlo, (sólo fue una vez, no debe tomarse mucho en cuenta), esa mirada que me mira con nostalgia y me pide que no olvide lo divertido que es mojarse cuando llueve, lo maravilloso que puede ser el lodo como material didáctico, la risa que producen las cosquillas, lo rico que sabe un plato de helado viendo caricaturas, si se puede realizar boca arriba sobre la cama, mejor. Sin saberlo ese niño mira hacia el futuro, yo lo miro y es mi pasado, es quien fui, y es quien me gustaría ser por siempre.
Ahora podríamos adivinar por que aquel de la izquierda evade la mirada, esta arrepentido con el que fue, sabe que hay tantas cosas para reír y disfrutar, sin embargo no se da el tiempo de disfrutar las cosas mas simples de la vida. Se siente apenado con aquel que lo mira del pasado, lo busca con la mirada, no para reclamar, de niño eso no tiene sentido, le busca la mirada para reír, para jugar y poder olvidarse de lo malo que uno aún no ha vivido, pero que el otro ya vivió.


Uno nos mira de frente, el otro nos evade, uno sonríe atento, aquel de la derecha con la mirada perdida a un lado, pensando en sólo él sabe que, nos hace pensar que hay algo que no vemos, algo imperceptible, ese delgado hilo que los mantiene unidos, aún cuando hoy en día no sean el mismo, y cada día que pasa se diferencien mas de este que escribe.

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