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Música de fondo: Sweet Dreams (Versión de Emily Browning)
Ambientación: Ciudad futurísta / Jungla
Salió del pesado estado de sopor, miró hacia la derecha, lo único que reconoció fue una línea interminable de naves similares a la suya.
Sabía que algo andaba mal, pero le era imposible identificar qué.
A la izquierda la línea continuaba, pero con una marcada curva, que le impedía determinar que tan extensa era la formación.
A pesar del sentimiento de supervivencia decidió descender de la nave.
Cuando notó el susurro que inundaba sus oídos, confirmó que algo malo iba a suceder. El corazón interpreto el mensaje antes que nadie, comenzó a bombear con violencia, la sangre expulsada del miocardio masculino llego al cerebro con la noticia: "tenemos que correr..."
Antes de darse cuenta corría con desesperación, sin saber a donde se dirigia, pero con la seguridad de que algo se encontraba detrás de él, acechandolo, cazandolo.
Los pulmones bombeaban el vital oxígeno, pero no fue suficiente.
El golpe que produjo la caída fue certero, atestado en la pierna que había sido el punto de apoyo en ese exácto segundo.
Gateo con desesperación, siempre con la mirada hacia el frente, buscando entre los arboles algo que pudiera servir de arma... algo que le diera la oportunidad de aferrarse a la vida... que le permitiera permanecer en eso que tanto odiaba, pero para lo que tantos planes tenía, algo que le diera oportunidad de conservar su vida.
El segundo zarpazo, justo en la parte baja de la espalda, fue lo suficientemente certero para que perdiera la movilidad de las piernas.
Es el fin, pensó, pero realmente quería convencer a aquella parte, aunque mínima, que gritaba, esto no puede ser, no puedo morír como puerco a garras de un tigre...
Cuando despertó el tráfico seguía ahi...
Un resorte clavado en la espalda le dio un infinito sentimiento de bienestar
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Ambientación: Ciudad futurísta / Jungla
Salió del pesado estado de sopor, miró hacia la derecha, lo único que reconoció fue una línea interminable de naves similares a la suya.
Sabía que algo andaba mal, pero le era imposible identificar qué.
A la izquierda la línea continuaba, pero con una marcada curva, que le impedía determinar que tan extensa era la formación.
A pesar del sentimiento de supervivencia decidió descender de la nave.
Cuando notó el susurro que inundaba sus oídos, confirmó que algo malo iba a suceder. El corazón interpreto el mensaje antes que nadie, comenzó a bombear con violencia, la sangre expulsada del miocardio masculino llego al cerebro con la noticia: "tenemos que correr..."
Antes de darse cuenta corría con desesperación, sin saber a donde se dirigia, pero con la seguridad de que algo se encontraba detrás de él, acechandolo, cazandolo.
Los pulmones bombeaban el vital oxígeno, pero no fue suficiente.
El golpe que produjo la caída fue certero, atestado en la pierna que había sido el punto de apoyo en ese exácto segundo.
Gateo con desesperación, siempre con la mirada hacia el frente, buscando entre los arboles algo que pudiera servir de arma... algo que le diera la oportunidad de aferrarse a la vida... que le permitiera permanecer en eso que tanto odiaba, pero para lo que tantos planes tenía, algo que le diera oportunidad de conservar su vida.
El segundo zarpazo, justo en la parte baja de la espalda, fue lo suficientemente certero para que perdiera la movilidad de las piernas.
Es el fin, pensó, pero realmente quería convencer a aquella parte, aunque mínima, que gritaba, esto no puede ser, no puedo morír como puerco a garras de un tigre...
Cuando despertó el tráfico seguía ahi...
Un resorte clavado en la espalda le dio un infinito sentimiento de bienestar
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1 comentario:
Coño, debería aparecer la cajita con la rola!!
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