Gracias al Alzheimer fue desterrado del infierno que fue su
memoria. Ahora vaga en un bosque oscuro donde nada le recuerda a nadie y donde
cada rostro le es ajeno, se inventa historias cada día, una personalidad que
vive como propia, los doctores afirman
que el mal es neuronal, pero él es tan sólo el receptáculo físico de todas esas
consciencias que por un momento se pierden en la nada del ensimismamiento y que
se alejan por segundos del plano de la realidad, él recibe a todas esas
consciencias, de todos los universos posibles, quizás la próxima vez que te
sorprendas al regresar a tu cuerpo y recuperar la consciencia, él afirmará que
es tú y le dirá a todos tu historia, pero no temas, jamás revelará tus
secretos.
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