Al principio era una fiesta, después cuando entré a una de las recamaras vi que la gente corría desesperada. Huían de un viejo edificio que estaba incendiándose.
Me acerqué para ayudar, y ahí fue donde te vi, estabas de pie semidesnuda, estabas llenando unas cubetas con agua de la cisterna, agachada y cuando te pusiste de pie quedamos de frente, los ojos quedaron al nivel, las narices se rozaban, sólo alcanzaste a decir tímidamente "hola".
Los gritos nos obligaron a posponer el encuentro, yo corría con las cubetas desesperado, pero la desesperación era por terminar con eso y poder estar contigo y ponernos al día.
Cuando por fin logramos calmar la sed de las flamas te busqué donde deberías estar, en la cisterna, pero al entrar a ese cuarto, la imagen cambio por el interior de un nuevo edificio, yo sabía que estabas ahí y que debía buscarte.
Pero cansado de andar detrás de ti decidí despertar.
Quien sabe, quizás coincidamos en esta gran ciudad, otra vez...
jueves, 26 de enero de 2012
Un sueño, no más
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