Al fondo sonaba me gustas tú de Manu Chao, la fiesta había comenzado por ahí de las ocho de la noche
en el suelo tiradas las colillas, algunos envases de cerveza, alguno que otro ánimo
mientras daba otra fumada al cigarro vi como el sol ya llevaba rato abriéndose paso en el cielo despejado de nubes y de ideas
mi amigo victor con los ojos abiertos moviendo las piernas, las manos cruzadas y tarareando la melodía, siempre repitiendo “me gustas tú”
"de quién se habrá acordado?" me pregunté, y también me pregunté si acaso la pregunta que debía haberme planteado al escucharlo tararear no debía ser: "a quién querrá olvidar?"
por azares del destino la canción se repitió muchas veces, demasiadas, pero no nos cansó los oídos o el ánimo, sino que sirvió como catarsis silenciosa.
dos miradas perdidas en el horizonte
un solo suspiro, un potente suspiro.
iba a escribir sobre otra cosa, pero la reproducción aleatoria me dio esta canción, y los recuerdos vinieron y pidieron ser plasmados otra vez.
así son las ideas, caprichosas, son como el agua, por un tiempo se les puede contener, pero siempre encontrarán su cauce natural.
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